*Si LuChAs PuEdEs PeRdEr, Si No LuChAs Ya EsTáS pErDiDo*

SiGo CaMiNaNdO sIn DeTeNeRmE y CaDa PaSo QuE dOy Me DeScUbRe HaCiA dOnDe VoY.

lunes, 14 de marzo de 2011

30 días sin vomitar + cierre del blog


Aunque me cueste verlo y me cueste desprenderme de él, necesito cerrar el blog para centrarme 100 % en el tratamiento, en la recuperación... porque no quiero quedarme estancada ni retroceder. Lo cierro para tratar de recomponer mi vida, la de verdad, la que espero encontrar tras estas 4 paredes y tras esta pantalla de ordenador.

El blog me ha ayudado muchísimo a conocerme y a comprenderme mejor durante todos estos años, también gracias a él he conocido personas maravillosas (Maia, Nel...sabéis como encontrarme) que espero que algún día puedan hablar en pasado de la enfermedad porque merecen realmente hallar esa paz, esa tranquilidad, porque merecéis ser felices.

Pero probablemente el blog ya ha hecho todo lo que podía hacer por mí. Ahora me toca a mi el turno de salir a la vida real y seguir luchando para poder llegar a decir algún día que estoy curada (ojalá pueda llegar ese momento).

Esto ha sido, es y será siempre muy importante para mi, pero a pesar de ello lo cierro porque confío en que será lo mejor y porque confío en quien me lo ha recomendado.






sábado, 12 de marzo de 2011

Aunque cueste, el objetivo siempre ha de ser avanzar


Hay veces en las que parece que no soy yo misma la que hablo, es la maldita enfermedad que me transforma en algo que no soy y hace que diga y haga cosas que en realidad no siento. Aunque evidentemente soy la única responsable de mis actos estoy segura que de no estar enferma muchas veces actuaría de diferente manera, puesto que sin la enfermedad sería YO, simplemente Yo, sin mascaras, sin disfraces, sin este lastre...

En ocasiones me muestro como enfadada con el mundo y por ello me aislo pero en realidad tan solo estoy enfadada conmigo misma. Como no puedo controlar el mundo exterior me empeño en controlar mi mundo interior, un mundo que resulta muy difícil de traspasar para el resto de personas, porque es como si hubiese formado un muro que me rodea y que me protege del exterior, de mis miedos... cuando en realidad lo que necesito es protegerme de algo que no se ve, no se toca pero se siente en lo más adentro, mis propios fantasmas.

Pero ese muro cada vez es más frágil y de vez en cuando hago una excepción y dejo que alguien lo traspase. Durante mucho tiempo me autoconvencia de que era mejor estar en soledad (y de vez en cuando sigo cayendo en esa idea) para que nadie pudiese dañarme cuando los sentimientos ya fuesen de amistad o amor empezasen a aflorar. Pero ahora se que es mejor poder contar con alguien, que necesito de gente, de mi gente... que es preferible correr el riesgo a que te puedan hacerte daño que privarte del afecto, cariño... que en la vida puedes llegar a dar y recibir.

Que hay personas que nos acompañan solo parte del camino y duele ver como después se marchan pero durante esa parte del trayecto también nos aportan aprendizaje, otras personas llegan para quedarse y aunque son las menos son las que realmente merecen la pena... y no quiero seguir privándome de todo lo que puedo llegar a vivir si dejo de lado mi burbuja. Habrán cosas buenas, malas... pero tendré que aprender a lidiar con ellas de una forma sana, dejando de focalizar los problemas en mi para hacerme daño en un intento vano de no sentir lo que realmente me duele. Cuesta horrores pero creo que estoy en el camino!! Tengo momentos de "lucidez" y "claridad" en los que toda esa teoría que está instalada en mi cabeza empieza a cobrar sentido aunque también es cierto que ese sentido aunque en el fondo siempre sé que está ahí muchas veces parece desaparecer.

Al menos miro atrás y aunque lo he vivido en mis carnes, aunque lo he sufrido... no me reconozco en ciertos actos y eso es señal de que ya no me encuentro en un peldaño tan bajo.

__________________

Escrito por mí el 11 de Mayo de 2009:

Otra noche sola en casa, encerrada en mis pensamientos. Trato de autoconvencerme de que tengo que comer algo aunque no quiera y me dirijo a la cocina a coger un trozo de queso, me lo llevo a la boca y sin quererlo despierto a la bestia, ya no puedo parar... arraso con todo lo que encuentro por la nevera, empiezo a devorar a una velocidad vertigínosa. Trato de detenerme a tiempo pero no lo consigo, la ansiedad que siento es superior a mí y a mi deseo de parar.


Empiezo a fustigarme, a repetirme una y otra vez que de seguir así acabaré siendo una auténtica vaca. Me pregunto dónde está mi autocontrol, por qué no puedo encontrar la estabilidad, el término medio entre no probar bocado y atracarme ,aunque a veces son atracones subjetivos (no me excedo en cantidad pero si en el tipo de comida que escojo)


Y ahí estoy de nuevo, frente a la taza del water a pesar de mis promesa de evitar a toda costa volver a vomitar que en ese mismo instante queda convertida en meras palabras... no puedo dejar toda esa comida dentro de mí. Y trato de librar inutilmente a mi estómago pero sobre todo a mi mente de todo lo que me pesa.


Me castigo una y otra vez hasta que noto como mi boca y mi garganta empiezan a arder fruto de los ácidos, hasta que siento un dolor indescriptible en mis costillas y noto el amargo sabor de la sangre en mi boca. Es entonces cuando me invade el miedo, cuando me pregunto que estoy haciendo con mi vida, cuando me planteo la posibilidad de que algún día llegue el último vómito y no sea por que yo lo decida, si no porque mi cuerpo no resista ninguno más, entonces es cuando digo basta. Pero a pesar de ello durante unas fracciones de segundo incluso la idea de mi propia muerte parece que deja de importar y me siento libre, menos pesada... Vuelve la lucha entre las dos fuerzas internas.


Me miro en el espejo y observo atentamente el aspecto tan lamentable que presento. Mis ojos están completamente rojos, llenos de lagrimas provocadas por el esfuerzo, lagrimas que han arrastrado todo el maquillaje a su paso, dejando más visible el blanco de mi pálida piel. Me quedo allí parada frente al espejo, el tiempo parece detenerse frente a mí. Me odio, odio lo que soy, en lo que me he convertido... y rompo a llorar.


Duele mirar hacia atrás pero también me ayuda a mantenerme en alerta. Saber hasta donde he llegado a caer hace que trate por todos los medios de continuar avanzando y hacerlo con uñas y dientes para evitar retroceder y caer en lo mismo.


jueves, 10 de marzo de 2011

Inseguridad


La inseguridad me acecha a cada paso que doy, cada día cuando camino por la calle me sorprendo con la mirada agachada, mirando al suelo por esa sensación de ser menos que los demás, por el temor a ser juzgada, por el terror de ser observada, por esa impresión de sentirse tan y tan pequeña…

Me siento pequeña allá donde voy y entonces el pánico me invade y salgo corriendo, pierdo momentos, oportunidades y mil cosas más por el miedo a seguir sintiéndome NADA. Se que no hay peor juicio que al que yo misma me someto a cada instante, las críticas que me vierto, el nivel de autoexigencia que he ido adquiriendo a lo largo de los años, el mismo que hace que me sienta así de pequeña.

Porque en mi cabeza nunca hago nada lo suficientemente bien, nada me sale como me había propuesto, generalizo y TODO lo hago mal. En vez de pensar que de los errores se aprende me fustigo una y otra vez haciéndome sentir cada vez más y más pequeña. Me cuesta aceptar retos, arriesgar, ser emprendedora... porque me da la sensación que todo lo que pueda hacer será en vano y acabaré estrellándome de nuevo contra el suelo porque no sabré hacerlo lo suficientemente bien.

Y me veo aquí parada, estancada en ningún lugar... viendo como los demás avanzan mientras yo me boicoteo una y otra vez quedándome paralizada.

Las cosas que puede que haga bien pasan inadvertidas ante mis ojos. Escuchar una palabra simple palabra o observar una mirada que no sabemos muy bien como descifrar son más que suficientes para que mi cabeza “centrifugue” sola y le acabe buscando los 5 pies al gato y entonces empiezan las preguntas: ¿Qué ha querido decir con eso? Seguro que no me soporta, ya he vuelto a meter la pata, no soy capaz de hacer nada bien, debería haber… podría haberlo hecho mejor, podría haber hecho más...y volvemos a la rueda:

Sensación de fracaso+culpabilidad= ansiedad_______ búsqueda de vía de escape para no pensar, para no sentir.

No hay nada tan bueno ni tan malo es el pensamiento el que lo convierte, pero cuesta tanto frenar esos pensamientos…

martes, 8 de marzo de 2011

Vaciar para poder llenar

He eliminado la música que había en el blog porque se había convertido en la banda sonora de mi enfermedad y las canciones que antes necesitaba escuchar por sentirme identificada y porque me acompañaban en mi soledad son las mismas que ahora me deprimen y me generan malestar y me envuelven en lágrimas por todo lo vivido y por el tiempo pérdido.

Ya no necesito una banda sonora que me recuerde constantemente lo mal que estoy o he estado, porque simplemente estoy tratando de deshacerme de todo lo que me recuerde a la enfermedad o la mantenga. Estoy tratando de deshacerme de la propia enfermedad.

Así que he renovado mi repertorio musical, ahora necesito canciones con mensajes positivos, canciones que me den el empujón necesario para levantarme por las mañanas en lugar de canciones que cuando me encuentro débil me inciten a meterme en la cama para no salir de ella.

Años de canciones deprimentes borrados de un soplido, ya no están aquí, ni en mi Mp3... ya no quiero que me acompañen en mis caminatas a ninguna parte, es más quiero continuar caminando pero hacia algún lugar.

Estoy borrando las cosas que me dañan aunque me cuesta desprenderme de alguna de ellas porque son recuerdos, pero ¿realmente quiero guardar recuerdos de mis peores momentos?

Los recuerdos que hay que guardar son los buenos, los nefastos no tienen cabida... sobran y por tanto donde deben estar es fuera de mi vida.

Música, fotos de la enfermedad, apuntes del seguimiento de mis kgs y calorías... TODO FUERA.

Vaciar para poder llenar...


domingo, 6 de marzo de 2011

Pequeños trazos de normalidad


Esta semana empezó mal, bueno en realidad no fue más que la continuación a un fin de semana nefasto porque un virus me mantuvo encerrada en casa (aunque si no hubiese sido el virus cualquier otra excusa me habría servido para continuar en mi encierro) me sentía cansada a nivel físico y destrozada a nivel anímico. No sabía por qué pero no podía dejar de llorar casi a cada momento, casi con cualquier palabra e incluso por la ausencia de ellas.

Las lágrimas no dejaban de asomar ante cualquier situación me sentía débil, vulnerable, estúpida... mientras trataba de contener esas lágrimas y aparentar a toda costa una normalidad artificial, mostrando en casa que todo iba bien cuando en realidad en mi interior todo parecía ir mal, algo me estaba asfixiando por momentos.

No puedo más!!! No puedo más!!!! Se repetía una vez más en mi mente mientras trataba de hallar solución a lo que me estaba pasando y que en realidad no era más que una gran incógnita. ¿Cómo solucionarlo entonces?

¿Volvía a fingir esa normalidad que no sentía y que cada vez me cuesta más de representar?

Sabía que tenía que volver a ponerme en pie, aunque los sentimientos me desborden porque ya no hay tapa que los retenga y salen a borbotones ahogándome de alguna manera, estoy más triste que de costumbre, mis niveles de ansiedad también son mayores... y no sé que hacer puesto que ya tomo medicación para ello, pero parece que últimamente ni siquiera eso es suficiente o actúa tan solo de modo intermitente.

El jueves por la mañana me levanté y me ceñí a mi lista de tareas, sin excusas, con ganas o sin ellas tengo que empezar a moverme para no quedarme encerrada en mi burbuja dejando que el dolor me carcoma. Fui a ver a alguien a quien hacia bastante tiempo que no veía porque me dedicaba a retrasar el momento "ya iré" "de la semana que viene no pasa" e iban pasando los días, hasta que este jueves no me di una tregua, no alargue el plazo. Estuvimos hablando de todo, me encontré muy a gusto como si no hubiese pasado el tiempo. Después de la visita me encontré mejor, me alegré muchísimo de verla.

Por la tarde llovía y los pensamientos entremezclados y dañinos comenzaban a hacer acto de presencia, así que cogí mi paraguas y me fui a cambiarme el mvl con los puntos que tenía, el otro me traía demasiados recuerdos (de quien me lo regaló) cada vez que lo miraba y pensé que lo mejor era pasar página. El paseo también me hizo un bien y la tarde pasó más rápido.

El viernes por la mañana estaba completamente desanimada y después de comer casi no podía contener el llanto así que me aislé en mi habitación me metí en la cama y me cubrí por completo con las mantas. Todo se tornó oscuridad y silencio, un silencio necesario en ese momento... estaba en un diminuto espacio en el que apenas podía respirar pero me sentía tranquila, en paz conmigo misma... como si por un momento el mundo y los problemas hubiesen desaparecido. Sin darme cuenta me acabé durmiendo y al abrir los ojos la oscuridad también pareció esfumarse, no me encontraba bien pero si mucho más serena.

Esa noche salí a cenar con mis amigas (no cené demasiado porque me cuesta comer con gente), fue una noche en la que pareció condensarse todo lo que sucede en la vida. Hablamos, reímos, bailamos, bebimos, ligamos, disfrutamos, lloramos (más bien lloré), me desahogue como hacía mucho que no lo hacía, mi estado anímico estaba latente y el alcohol hizo el resto. Por suerte había alguien ahí para escucharme, para ayudarme a descifrar lo que esos días atrás me había estado abrasando y no sabía definir... no soporto que me vean llorar pero lo necesitaba tantoooo que era inevitable, necesitaba tanto soltar un poco de lastre y liberarme aunque fuese de un pequeño peso. En ese momento me sentí realmente afortunada por no estar sola, porque no pusiera el grito en el cielo al ver lo que vio (en circunstancias normales no lo habría visto) y al escuchar lo que escuchó. Después aunque tardé un ratito logré recomponerme y seguir con la tónica de la fiesta para no aguarsela a nadie más y empecé a encontrarme algo mejor.

El sábado con resacón incorporado tocó sesión de cine con mi hermano (no quería o mejor dicho, no debía quedarme en casa), siempre lo he tenido ahí y aunque de un tiempo a esta parte hablamos más y nos llevamos mucho mejor... quiero poder hacer planes con él, que él esté a mi lado porque lo necesito y que sepa que yo también estoy ahí. La recuperación y los pasos de ambos me están llevando a conocer mejor a mi hermano y a ganar un HERMANO en mayúsculas. A veces no es necesario hablar para hacer algo realmente grande por la otra persona y a mi personalmente desde el silencio me está demostrando mucho, me hace sentir que realmente está ahí con una simple mirada, un gesto, cuando se queda conmigo cenando porque sabe que sola me cuesta más...

Hoy domingo sesión de caminata y después estudio, estudio y más estudio... necesitaba ponerme las pilas por todos estos días en los que mi nivel de concentración era nulo. Ahora no es que esté para echar cohetes pero al menos me entero de lo que leo.

Así que se puede decir que este fin de semana he dado unos pequeños trazos de normalidad a mi vida y por lo visto no ha ido del todo mal.

Vuelvo a estar en una montaña rusa emocional pero tratando de hallar un poco de estabilidad.

Intentando espabilar...

Pd: Eso si, estoy haciendo todas las comidas como tocan.




martes, 1 de marzo de 2011

... Días extraños...


I got through this day but
I can't... Sometimes all I want is to disappear forever.