*Si LuChAs PuEdEs PeRdEr, Si No LuChAs Ya EsTáS pErDiDo*

SiGo CaMiNaNdO sIn DeTeNeRmE y CaDa PaSo QuE dOy Me DeScUbRe HaCiA dOnDe VoY.

lunes, 28 de febrero de 2011

Sonreir


Y de repente un día descubres que las sonrisas sirven para muchas más cosas de las que podemos imaginar. Como por ejemplo para tapar esos agujeros que parecen no tener final y que surgen cuando las palabras se desvanecen en el aire dejando lugar a una especie de desierto repleto de silencios.

viernes, 25 de febrero de 2011

...


Indescriptible sensación la de echar en falta todo aquello que no soy.

miércoles, 23 de febrero de 2011

...



La linea- ECDL

Siempre sola abrazada al miedo,
escondiendo la vida al calor.
Tan esquiva a mostrar lo de dentro,
cerrando la ventana al exterior.

Tan sensible... te costaba aceptarte,
en ti siempre veias lo peor.
Solitaria, débil, pequeña y frágil.
El mundo no te supo dar amor.

Y esque existe una linea que es tan fácil
que el sensible la traspase,
y le coloque en lo peor.
Y esque vivir en esta vida siendo frágil
gustarte o no gustarte...
te da un sitio o tal vez no...

Y aceptar a la de enfrente del espejo,
fue siempre el momento peor.
Y levantarte y vivir cada día,
eso fue lo que más te costó

Y es que existe una linea que es tan fácil
que el sensible la traspase
y le coloque en lo peor.
Y esque vivir en esta vida siendo frágil,
gustarte o no gustarte...
Te da un sitio, tal vez no

Como duele no gustarse ni en sueños...
Vulnerable a cualquier situación.
Una carcel tu viviendo alli dentro
Presa, carcelera y prisión.

sábado, 19 de febrero de 2011

Me siento extraña


No sabría definir mis emociones en este momento... ni siquiera me siento especialmente mal, pero tengo ahí sin acabar de salir a flote un no sé qué...

He estado un par de días manteniendo un ritmo frenético, aumentando mi nivel de autoexigencia con el estudio e inventando cosas que hacer para no dejarme demasiado tiempo libre para pensar. Y en parte parece que funciona pero cuando llega la noche y las revoluciones del día bajan... aparece el insomnio, el centrifugado incesante en mi mente, las lágrimas que amenazan con salir y que asoman pero sin llegar a caer.

No me siento mal pero tampoco bien, estoy en un punto en el que no me había encontrado hasta ahora y me encuentro como desorientada, perdida, desubicada... son sensaciones y emociones que no conozco que me crean confusión y que no se exactamente como manejar y que ni siquiera sé de que frente abierto me vienen.

El miedo a engordar parece en algunos instantes más pequeño, aunque después llegue la noche y me cueste conciliar el sueño entre otros varios motivos porque no soporte el simple roce de ninguna de mis extremidades con el resto de mi cuerpo cuando noto como si una enorme capa de grasa lo recubriese a modo de una mullida almohada.

Empiezo a ver y a notar cambios en mi cuerpo que no me gustan, aunque por otra parte sepa que son necesarios y parte del proceso, necesitaré de tiempo (probablemente, de mucho tiempo) para acostumbrarme a ellos.

El miedo a comer también parece ir disminuyendo y ya apenas pago mis frustraciones, miedos, problemas y preocupaciones con la comida... aunque las ganas muchas veces estén presentes y se materialicen en pequeños actos casi reflejo. Simplemente intento ceñirme a la rutina alimenticia establecida sin preguntarme y cuestionarme demasiado las cosas, hacerlo porque lo tengo que hacer y porque en realidad por duro que sea quiero hacerlo. No me salto ninguna comida aunque aparezca más que a menudo en mis planteamientos el hacerlo.

El haber empezado a no recurrir a la primera de cambio a lo que todo este tiempo ha sido mi vía de escape hace que me cueste canalizar mis emociones de otro modo.

En cuanto al trastorno alimenticio, a mi modo de ver lo llevo bastante mejor (a pesar del tropiezo del finde pasado), pero a nivel social y a nivel emocional no puedo decir lo mismo... vuelvo a aislarme un poco más del mundo en general.

Llevo unas semanas intentando hacerme una lista de tareas diarias para ir cumpliendolas, organizar pequeños planes y salir aunque sea a tomar un café o dar una vuelta, en definitiva, tratar de obligarme a mi misma a no permanecer tanto tiempo en casa. Los primeros días funcionó pero ahora hay días en los que ni siquiera haciéndolo de ese modo funciona. Acabo anulando algunos de mis planes para acabar dando una vuelta sola con mis pensamientos cuando siento que me falta el aire o para quedarme en casa mirando la pantalla del ordenador, estudiando o viendo una película.

Hay días en los que necesito recluirme y aislarme, no es que no me apetezca ver a nadie, es que no quiero que me vean a mí. Hay momentos en los que me siento sin ganas, sin energía para moverme, sin fuerzas para dejar de esconderme en mi socorrida burbuja.





domingo, 13 de febrero de 2011

Soledad + tristeza = ...


... atracón nocturno para llenar el vacío y mitigar la soledad y vómito posterior para paliar la culpa.

Esta mañana mi madre se ha dado cuenta de que faltaba comida en la despensa, ha insistido varias veces en el tema pero yo he hecho como si no fuese conmigo. ¿Qué iba a decir? Si, fui yo quien la cogió para atracarme a oscuras y acabar frente al w.c vomitando todo aquello que siento que me ahoga?????

Han llegado los silencios incómodos, las falsas hipótesis que he inventado para librarme de su mirada acusadora plagada de impoténcia.

La conversación se ha cerrado con un: Bueno... pues ahora parece resultar que la comida desaparece sola. Y ambas hemos continuado con nuestro rutinario domingo como si la "conversación" no hubiese tenido lugar.

A veces es mejor cerrar los ojos y sellar los labios para que se haga menos duro continuar caminando hacia delante y mucho más cuando las cosas parece que poco a poco empiezan a mejorar.

Después de la tormenta llega la calma... Un tropiezo nunca es una derrota pues siempre viene a demostrar algo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Me siento extraña pero sigo en pie.

Noche de dolor de cabeza, llanto, dudas, pensamientos entremezclados...

Ganas de construir un universo paralelo que constase solo de cuatro paredes en las que refugiarme, unos cuantos libros, un ordenador donde poder escribir, un cuaderno de bocetos, una TV, un DVD y una colección de películas para ver... en definitiva, ganas de aislarme del mundo exterior.

Un día extraño, una mala noche... pero a mí eso no me tumba. Hoy continuo sintiéndome extraña, el dolor de cabeza perdura pero lucho por permanecer en pie porque tengo motivos para ello a pesar de mis bloqueos, de mis miedos...

Siento que engordo y odio esa sensación, me odio por comer pero también me odio por no hacerlo. He pasado de comer un par de veces al día a hacer 5 ingestas así que en parte considero que es normal que aparezca esa ambivalencia constante, esa necesidad de adelgazar pero al mismo tiempo no querer dar pasos atrás porque cada paso hacia delante, hacia la recuperación me ha costado y me cuesta un mundo. Ese deseo de arrancar de mi cuerpo como sea toda la capa de grasa que cada día siento que se posa en mi cuerpo y que en realidad no es más que la necesidad de tapar todos mis miedos...


...Miedo a fracasar.
- A no evolucionar.
- Miedo a no estar a la altura ni de las circunstancias ni de las expectativas.
- Miedo a no conseguir aceptarme.
- Miedo a no conseguir mis metas.
- A perder lo que ahora siento que tengo... porque cada vez que he sentido que tenía algo se ha acabado desmoronando cual castillo de naipes, o se ha ido, o ha desaparecido, o lo he echado a perder... Nada perdura y no me hago a la idea.
- Miedo al futuro, a conformarme con mi mediocridad.
- Miedo a sufrir y a hacer sufrir.
- MIEDO A VIVIR.


Miedo, miedo... MALDITO MIEDO!!!! El miedo nos pone en alerta y es un sistema adaptativo pero cuando condiciona cada paso que das, no es más que una cadena que nos ata, nos oprime, nos paraliza y en consecuencia nos impide avanzar. Y en mi caso es una enorme cadena con un candado del que no encuentro la llave.





Cambiemos nuestra forma de vivir,
vivamos sin pensar qué pasará,
miremos al mañana sin oir,
las voces deprimentes,
gritando en nuestra mente.




El tiempo es un regalo sin abrir
la historia la que tú quieras contar. *Indras*








miércoles, 2 de febrero de 2011

Todos necesitamos de alguien que...


- Celebre sinceramente cada uno de nuestros logros.
- Que quiera acompañarnos tanto en los momentos fáciles como en los difíciles.
- Que sea capaz de respetar nuestro tiempo y nuestras elecciones.
- Que disfrute de nuestra compañía sin pretender ponernos en la lista de sus posesiones.
- Alguien por quien nos sigamos sintiendo queridos aun después de esos momentos de discusión o enfado.
- Alguien cuyo bienestar nos siga importando incluso en el caso de que decida tomar en su vida un rumbo que le separe de nuestro camino.
J. Bucay.



La libertad es la capacidad de decidir dentro de lo posible aun a riesgo de equivocarme. Decidir supone ser consecuente con nuestra elecciones, asumir riesgos... Puede que tomemos decisiones equivocadas pero de los errores se aprende, además si nos quedamos paralizados y no asumimos estos riesgos dificilmente nos equivoquemos, difícilmente tropecemos pero... lo que es seguro es que tampoco avanzamos.

Muchas veces no podemos elegir lo que nos pasa, pero siempre podemos elegir cómo actuar frente a lo que nos ocurre. Madurar para mí significa aprendizaje continuo de las vivencias que van apareciendo en nuestro camino, capacidad de decidir por nosotros mismos, ser conscientes de lo que queremos y luchar por ello, tratar de ser cada día mejor pero sin caer en la búsqueda de un imposible (la perfección), ser consecuentes, conscientes y sobretodo hacernos responsables de nuestras propias decisiones.

No se puede retroceder al pasado y borrar cada paso mal dado, así que lo mejor es que dejemos de machacarnos por ello. Porque mirar todo el tiempo hacia atrás nos impide muchas veces caminar hacia delante. Y ese debe ser el objetivo primordial de nuestra vida dar pasos que nos ayuden a avanzar. Hay que aceptar y ser consciente de que muchos de los hechos de nuestra vida son una consecuencia deseada o no de algunas de nuestras decisiones también acertadas o no. Por lo tanto no todo es cuestión de casualidad, destino o mala suerte, algo que escapa a nuestro control y que no está en nuestra mano modificar si no que la solución a muchos de nuestros problemas está en nosotros mismos y ahí si que podemos hacer algo, por lo tanto aún hay esperanza.

Veo como avanzo aunque aún queda algo que me frena, que me pone la zancadilla para que caiga... Pero a pesar de ello sigo con la mirada fija en el camino que he decidido transitar. Cada día intento hacer las cosas mejor que el día anterior. Valoro cada intento de ayuda que se me ha ofrecido y que se me ofrece, cada palabra que se me ha dicho a lo largo de todo este tiempo y quizás no supe extraer todo el jugo que podría haber obtenido me sirve ahora de impulso para no dejarme vencer.

Ya no me centro solo en todo lo malo que me ha pasado y que me pasa. Cada día antes de dormir anoto en mi libreta todas las cosas positivas que me han ocurrido a lo largo del día aunque sean esas pequeñas cosas cotidianas. Hay días en los que me ofusco y me cuesta encontrarlas pero cuando por fin lo hago se despierta en mi una sonrisa. Porque no es tan importante lo que te sucede como la forma en la que lo vives. Muchas veces aquello que vemos como una montaña inmensa imposible de escalar a base de esfuerzo podemos comprobar como al final se convertirá en un minúsculo montículo que podremos atravesar de un simple salto.

Trato de vivir el presente lo mejor que puedo, trato de vivir aquello de lo que me he estado privando todo este tiempo... Hay cosas de mi presente que me gustan, cosas de las que disfruto... Aunque sigue quedando camino por transitar hasta que encuentre mi punto de estabilidad y serenidad.

Me estoy labrando mi futuro porque quiero tenerlo, estudio lo que me gusta y lo disfruto... Mi historia pasada está escrita y ahora quedará plasmada en papel para recordarme como fue, en lo que me convertí y hasta donde he llegado a caer. La finalidad: tratar de evitar volver a cometer los mismos errores. La escribo y hay muchas cosas que veo como lejanas cuando en realidad no hace tanto de ello, duele recordar pero al mismo tiempo también siento como con cada palabra que dejo escrita voy liberándome lentamente de las cadenas que durante tantos años me han amarrado, cada palabra me ayuda a dejar de aferrarme al pasado y es un paso hacia delante. Como ya he dicho mi pasado ya está escrito pero mi futuro está por escribir y en mi mano está la pluma para hacerlo.