*Si LuChAs PuEdEs PeRdEr, Si No LuChAs Ya EsTáS pErDiDo*

SiGo CaMiNaNdO sIn DeTeNeRmE y CaDa PaSo QuE dOy Me DeScUbRe HaCiA dOnDe VoY.

martes, 18 de enero de 2011

Hoy digo basta


Ayer estaba tan cansada... Me sentía agotada física y psicológicamente, aunque predominaba el cansancio físico. Me notaba pesada, si no fuera por el insomnio que arrastro hubiese caído rendida sobre el teclado en ese mismo instante.

Notaba la pesadez en mis párpados, mis piernas flojeaban, ese maldito temblor en mis manos, notaba mis movimientos como ralentizados, como si me envolviera una espesa nube... mi estómago estaba saturado. Merendé, no tuve opción (es una condición que acepté en su momento) y por muchos bocados que pegaba aquello parecía no tener fin, lo intentaba pero no me entraba. Daba la sensación de no acabarse jamás. Con cada bocado se iban despertando mis ganas de vomitar pero no tenía opción, allí no.

Quería salir de allí y caminar lo más rápido posible hacia cualquier lugar donde pudiese librarme de aquel peso. Mientras, en mi cabeza se entremezclaban las ideas: "intentaré no cenar, después me purgaré, esta noche haré algo de ejercicio para tratar de quemar las kcal que mi organismo rechaza, mañana no desayuno... " (Finalmente he conseguido no caer en ello) Esa maldita voz está siempre en guardia, esperando volver a derribarme. Pero esta vez no se lo voy a permitir, ya no... Hoy he dicho basta he de ser más fuerte que ella e ignorarla porque es el único modo de que pierda esa fuerza que yo misma he dejado que fuese adquiriendo, fue creciendo mientras yo la alimentaba. Pero se acabó, quiero que se harte de ser ignorada y se vaya.

Pero cada día hay que comenzar de nuevo en esa ardua tarea... y eso agota y muchooooo.

Quiero dejar de medirme en kilos. Trato de aprender a manejar mis emociones o al menos a permitirme sentirlas para no volver a necesitar de mi dañino refugio... miedo, tristeza, soledad, alegría. Algunas veces siento que me desbordan, pero están ahí y he de comenzar convivir con ellas.

Ya no recuerdo que es comer sin planificar cada detalle, sin contar las calorías que se adentran en mi cuerpo con cada bocado, sin tocar mi barriga, mis piernas, los huesos de mis caderas para decidir si merezco comer o no, o si será necesario acabar purgándome. Normalmente la respuesta es que no merezco que cualquier cosa que me alimente entre en mi organismo. Así que estoy tratando de aprender a hacerlo de forma mecánica, comer porque tengo que comer... aunque los números de las calorías de cada alimento retumben en mi cabeza y a veces me sigan venciendo.

Anoche me acosté con una idea clara: Hoy no desayunaría, lo tenía fácil, mi madre no iba a estar en casa así que tenía vía libre. Pero al despertar me he dicho a mi misma que no puedo continuar así por más tiempo, que el agotamiento que arrastro es debido a esta lucha constante, a los vaivenes que no cesan. Para facilitarme de algún modo las cosas me he levantado antes de que mi madre se fuera para no caer en posibles tentaciones de evitar el desayuno o acabar tirándolo para fingir que si que había comido. Me he servido una taza de cereales con leche y he desayunado, el sentimiento de culpa estaba ahí, las ganas posteriores de vomitar también pero NO LO HE HECHO.

De momento el marcador de hoy está así: Yo (1 point)- enfermedad (0 points)

viernes, 14 de enero de 2011

Felicidades cariñet

Primi, muchísimas felicidades cariño!!!!!! Que decirte que no te haya dicho ya, que la familia no se elige pero me siento realmente afortunada de tener la suerte de que formes parte de la mía. Te quiero muchísimo. Hemos vivido muchas cosas juntas y las que nos quedan... Que tanto para lo bueno como para lo malo puedes contar conmigo y yo sé que puedo contar contigo, porque siempre me lo has demostrado.

Siempre has tratado de comprenderme, de animarme, de ayudarme... y sobre todo siempre te has preocupado por saber realmente como me sentía, que es lo que pasaba por mi mente sin prejuzgarme, sin sacar conclusiones anticipadas, has respetado mis silencios y has leído y escuchado mis mil y una paranoias. Siempre has sido la única en comprender mis sentimientos sin obcecarte en lo superficial de un peso, me has ayudado a ver cuando no veía pero siempre con cariño. Fuiste la primera en hacerme sentir lo que es un verdadero abrazo y dejé de sentirme tan sola dentro de mi burbuja. Vales millones y cualquier palabra quedaría corta para describirte porque simplemente eres increíble.

Porque sólo mereces cosas buenas y espero que este año te empiecen a llegar a borbotones, porque ya va siendo hora. Que te admiro por tu capacidad de levantarte después de cada golpe, por tu entrega con los demás, por luchar como una jabata contra viento y marea.

Como puse en el face la vida nos puede derribar una y mil veces pero está en nuestra mano el volver a levantarnos. Y nos levantaremos las veces que haga falta y si en el algún momento nos sentimos cansadas y se nos ocurre quedarnos en el suelo y tirar la toalla siempre habrá una mano que nos dé el empujón necesario para volvernos a levantar. Porque como tú me dijiste en su día, si en algún momento te sientes caer yo tendré una cuerda preparada para que te aferres a ella mientras yo te sujeto fuertemente para no dejarte caer.

Espero que pronto las cosas se encuentren serenas y nos vayamos de fiesta y nos peguemos un buen bailoteo en la tarima que se echa de menos una noche de las nuestras, que me tienes que volver a deslumbrar con tus capacidades de flexibilidad. Que eres una crack!!!!

Que me tienes para lo que sea, en cualquier momento y a cualquier hora ;)

*Vivir aunque el camino se derrumbe frente a mí yo sigo y no me rendiré, siempre contra el viento aquí aferrada a lo que siento salvaré trocitos de mis sueños*

Que pase lo que pase nunca dejemos de soñar, porque muchas veces son los propios sueños los que dan color a nuestra vida, soñemos aunque mantengamos los pies sobre el suelo.

Te quiero!!!!!!!


Pd: Cuando tenga 10 añitos más quiero estar como tú de guapa!! Pago por ello.



martes, 11 de enero de 2011

Presa, carcelera y prisión


Para evitar sufrir, para alejarnos de la realidad que resulta dolorosa cerramos los ojos con fuerza para no sentir la total intensidad de los golpes que nos llegan. Nos obligamos a mantener los ojos cerrados para no ver lo que hay ante nosotros, para no ver absolutamente nada... Cubrimos nuestros ojos para adentrarnos en una oscuridad pactada que nos lleva a una fantasía que ansiamos que se convierta en nuestra realidad deseada.

Sellamos nuestros labios para no expresar, para mantenernos callados y no molestar, no preocupar o simplemente por la incapacidad de decir con palabras aquello que sentimos que nos abrasa y consume por dentro, por el pudor que sentimos al desnudar nuestra alma.

Cubrimos nuestros oídos porque hay cosas que no queremos escuchar, las verdades duelen e incluso asustan. Sobre todo cuando tú ya tienes una imagen muy formada de tu verdad. Asusta ver como tu visión es totalmente opuesta a la de los demás, asusta darse cuenta de que vives en una realidad distorsionada y que tus ojos por más que lo intentes sólo ven lo que quieren ver, lo que necesitan ver para tener algo a lo que aferrarse... para que tu cuerpo continúe consumiéndose junto con tus ganas frente al espejo y a pesar de ello sigues sumergida en esa burbuja de irrealidad que no te permite ver nada de eso. El reflejo que te devuelve el espejo es siempre el mismo, nada cambia ante él... Odias al espejo pero en realidad te odias a ti misma. Quieres ver lo que los demás pueden ver pero ni tus ojos ni tu cabeza te lo permiten.

Y llega la necesidad incipiente de huir, de dejar todo eso atrás... pero por cada paso que das en la dirección correcta, la parte insana se encarga de atraerte de nuevo hacia ella, intentando convencerte de que es lo único que tienes, si dejas de aferrarte a los kilos, a las kcal y a todo lo demás no te queda nada, no eres nadie. Son tantos años, que se ha convertido en mi vida y aunque es una vida que quiero dejar atrás no puedo soltarme de ella con la facilidad que me gustaría porque me aterra desprenderme por completo de ella... por eso siempre dejo un resquicio, una puerta abierta que me aporte la seguridad de que sigue estando ahí la posibilidad de volver a sumergirme con ella hasta lo más profundo si así lo necesito. Me alejo pero no lo suficiente como para lograr soltarla y es así como me quedo a medio camino... mientras dos fuerzas contrapuestas (la parte sana y la enferma) luchan entre si, la necesidad de recuperarme y vivir de verdad y la seguridad de lo que ya conozco, el muro de protección que me aporta la enfermedad más allá de todo lo negativo que conlleva continuar enferma.

Quiero correr, desearía poder volar, alejarme de todo y batir las alas con tanta fuerza que por un momento lo único que escuchase fuese el latido de mi corazón.

sábado, 8 de enero de 2011

Haciendo equilibrios pero caminando hacia delante

Me he propuesto que este año sea mi año 1, año de cambios (espero que para bien) y hora de empezar de nuevo, no desde cero porque ya tengo parte del camino recorrido, pero si es hora de un nuevo comienzo. Retomar el rumbo, empezar proyectos que puede que me lleven a alguna parte o tal vez no, pero de todos modos de lo que si estoy segura es que el proceso será un modo de aprendizaje. De momento recuperar viejas aficiones me está ayudando a reconocerme de nuevo, a empezar a encontrarme a pesar de lo perdida que me encontraba, a volver a ilusionarme haciendo cosas que por estar tan perdida y tan metida en la enfermedad, en mi mundo, había dejado de hacer e incluso había olvidado todo lo que me aportan, el bien que me hacen... Estoy empezando a recuperar una parte que tras estos años sumergida en una espiral de autodestrucción había acabado desprendiéndose de mí como si jamás hubiese existido.

Hace unos meses en lo único que pensaba era en morirme puesto que estaba cansada de todo y no veía solución posible ni un futuro viable. Solo quería que todo acabase cuanto antes para poder al fin descansar. No sabía lo que quería, puesto que en realidad no quería nada para que iba a esforzarme en hacer planes de futuro si ese futuro no lograba visualizarlo y ni siquiera lo quería y a mi modo de entender no iba a tener lugar. No veía nada, solo vacío. Lloraba cada noche, cuando despertaba por la mañana me maldecía por tener que vivir ese nuevo día. Dejaba los días pasar y no hacía nada... pensaba que mi vida iba a ser siempre eso, dejar los días pasar hasta que al fin todo acabase.

Ahora el trastorno alimentario sigue estando presente en mi vida, siguen habiendo fechas en las que se me hace realmente duro no caer y acabo cayendo, siguen desbordándome algunas cosas y problemas que escapan a mi control y me continuo refugiando en lo "fácil" (pero ya no como antes), en lo que por un momento me aleja de la realidad y alivia mi malestar aunque sea de un modo efímero porque los problemas no se van. Escapar de ellos, cerrar los ojos y huir no hacen que desaparezcan... cuando abres los ojos continúan ahí y antes o después toca mirarlos de frente y afrontarlos. Cada vez abro los ojos antes y cada vez despierto de mi letargo con mayor celeridad porque la vida no espera y ya he ocupado demasiado tiempo de la mía en hacerme daño.

Hay días que son realmente duros pero también empiezo a ver y valorar los días que valen la pena, empiezo a relativizar, a priorizar... Me cuesta y mucho dar a cada cosa la importancia que tiene ni más ni menos pero estoy en ello.

Sobretodo pienso en el presente pero también le doy cabida al futuro, empiezo a saber que es lo que quiero, aunque a veces me siento desbordada porque no se por donde empezar para poder llegar a todo y hacerlo lo mejor posible. Asimismo también sé que es lo que no quiero, que cosas están fuera de lugar en mi vida... tengo que desechar todas esas cosas que de forma directa o indirecta me hacen daño. Hay mucho trabajo por delante pero poco a poco empiezo a ver resultados de los esfuerzos propios y de la ayuda que se me ha estado brindando durante todo este tiempo y me sirve para seguir hacia delante a pesar de las dificultades. Porque todos esos esfuerzos no han sido en vano.

Antes me dejaba caer y caía hasta lo más profundo y me quedaba allí abajo esperando no sé muy bien el que y así pasaban los días, las semanas y yo seguía en las profundidades sin hacer nada o utilizando la ley del mínimo esfuerzo para calmar mi conciencia pero nada más, en verdad no tenía fuerzas ni ganas de salir del todo de allí ¿para qué? ¿qué me esperaba fuera? Vacío, soledad, tristeza, fracaso, frustración, impotencia... Eso ya lo tenía allí abajo no merecía la pena salir para encontrar lo mismo pero multiplicado. Porque cuando me refugio en la enfermedad me refugio al mismo tiempo en una soledad buscada pero ahí fuera el sentimiento de soledad se hace más fuerte porque deja de ser una soledad buscada para pasar a ser una soledad real, y como duele!!!!! Por muy rodeada de gente que estés llega un momento en el que se produce un apagón y todo se queda a oscuras, no ves nada ni a nadie, estás tú sola en una guerra que parece no tener final y te planteas que quizás esa guerra ya está perdida y no hay nada que hacer, que tal vez sea mejor tirar la toalla y dejar que lleguen los golpes hasta que llegué ese último golpe que es el que con un poco de suerte otorgue la libertad tan anhelada.

Pero de pronto algo en tu cabeza hace clic, a pesar de todo sigue habiendo gente que confía en tí y las cosas parecen que empiezan a cambiar y vuelven las ganas de levantarte del suelo y volver a combatir con todas tus fuerzas. Ahora hay momentos de oscuridad que nublan mis pensamientos pero son eso, momentos o quizás algún día suelto... Pero ahora quiero VIVIR (en mayúsculas), quiero sentir, quiero hacer cosas, quiero volver a ser yo, quiero poder mostrarme como soy, darme esa oportunidad de conocerme de verdad y dar la oportunidad de que los demás también puedan conocer mi yo sano. Quiero conseguir aceptarme.

He retomado los estudios y estoy ilusionada con ello porque siento que por fin estoy haciendo algo por mí, por tener la vida que siempre he querido vivir y que me he negado todos estos años por sentirme incapaz, por haber perdido la ilusión... pero ahora la ilusión ha vuelto y quiero intentarlo. Aunque ya lo sabía, he podido comprobar que me encanta trabajar con niños, me hace sentir bien, me han devuelto la sonrisa, me han devuelto las ganas... Cuando estoy con ellos mis problemas se esfuman. Me han hecho recordar la inocencia, la energía y la ilusión que se tiene cuando se es niñ@.

He vuelto a dibujar, cosa que me apasiona desde niña y que a pesar de ello había olvidado junto con mis láminas y pinturas en un cajón. Había olvidado lo que me relaja, lo que me distrae plasmar en un papel aquello que me sugiere cada instante.

Estoy escribiendo, creo que es lo que más me apasiona en esta vida... estoy dándole forma a algo y expulsando ciertos fantasmas que quedan en mi interior a través de las palabras que fluyen libremente por mis manos para acabar plasmadas en un papel que es donde deben estar para poder desterrarlos de una vez de mi vida. Me estoy tomando tiempo porque llegar a ciertos puntos me cuesta y de vez en cuando necesito respirar para poder continuar.