*Si LuChAs PuEdEs PeRdEr, Si No LuChAs Ya EsTáS pErDiDo*

SiGo CaMiNaNdO sIn DeTeNeRmE y CaDa PaSo QuE dOy Me DeScUbRe HaCiA dOnDe VoY.

viernes, 28 de mayo de 2010

Día enfermo

Sabía que se acercaba, podía intuirlo, podía notar como mis pies se volvían a asomar al borde del precipicio y era consciente de que ello implicaba una posible caida no muy lejana pero aún intuyéndolo, aún contemplando el abismo no he sabido frenarme a tiempo... he sido simplemente incapaz y me he dejado caer sin apenas detenerme.

He subido de peso y aunque no es una subida excesiva, desde que el otro día pude comprobar con mis ojos que era una subida real que la báscula conseguía reflejar, esos números no han dejado de resonar en mi cabeza. Trataba de apartar los pensamientos que traían consigo pero todos los esfuerzos por hacerlo han resultado fallidos y hoy no he podido más y los pequeños tropiezos que surgieron días atrás se han convertido en una caida en toda regla, simplemente me he derrumbado.

Me he levantado esta mañana y he desayunado con normalidad pero sentía como el peso se iba acumulando en mi estómago y las ganas de vomitar se iban acrecentando... finalmente he acabado cediendo ante ellas. Después de hacerlo y sentirme una auténtica fracasada por ello, he dedicado toda la mañana a no hacer absolutamente nada más que permanecer sentada frente a la pantalla del ordenador, sin saber muy bien que mirar y visitando páginas que sé que me hacen más mal que bien (supongo que después del episodio que había vivido momentos antes creía que me merecía ese mal). Así he estado horas, hasta que ha llegado el momento de comer. He comido con normalidad y como no me sentía muy bien me he acostado un par de horas, horas que me han servido para seguir dándole vueltas a la cabeza, vamos que hoy lo he estado haciendo todo del revés.

Me he levantado y vuelta al ordenador hasta que se han ido todos y muy "inteligente" por mi parte me he empezado a probar ropa del armario. Al principio he empezado con aquella que usaba cuando más gorda estaba y he comprobado como se me caía literalmente, los pantalones incluso abrochados acababan esparramados en mis tobillos y no he podido evitar sentir como la alegría me invadía. Después me he pesado y he comprobado como han quedado atrás mis 45 kgs y me aproximo peligrosamente a los 47 y esa alegría se ha esfumado por completo, antes incluso de haberla podido saborear. Y he seguido probándome ropa, esta vez la ropa que gasto actualmente mientras observaba minuciosamente mi reflejo en el espejo. Todo me queda mal, con todo me veo inmensa... los pantalones que también me venían algo más holgados empiezan a ajustarse a mi piel y no lo soporto. Con cada prenda que me ponía me odiaba más y más por haber subido de peso, por no haber mantenido la boca cerrada, por no haber mantenido lo que había conseguido.

Irracionalidad llevada al límite, lo sé, pero en estos momentos es lo que pienso y lo que siento porque eso es lo que veo y necesito soltarlo. Veo como sobresalen mis clavículas, pero nada más. Mis piernas, mi barriga... incluso mis brazos que ya empezaba a notar delgados, aumentan de volumen por momentos. Y lo noto cuando me miro, cuando me toco, cuando rodeo mi muñeca con mi mano y ya no sobra tanto espacio entre ella y mis dedos, cuando trato de rodear mi brazo pero apenas puedo. Y lo odio y me odio.

Trás probarme toda la ropa habida y por haber he vuelto frente al ordenador, me había decidido, no iba a cenar porque no podía permitirmelo. Pero después de recapacitar he decidido que asi tampoco iba a solucionar nada y que lo mejor era cenar aunque no me apeteciese y así lo he hecho... pero cuando llevo un día tan sumamente torcido es muy difícil enderezarlo y he acabado de nuevo frente al w.c. Dos veces, dos veces en un día!! ¿Cómo he podido ser tan idiota?

Día previo "ideal" para mañana tener que ir a terapia, a ver ahora cómo lo explico. Puff...

Si es que lo llevaba bien, joder, pero se tuvo que poner en mi camino esa media maldita galleta, si, habeis leido bien. Media galleta ha sido suficiente para mandarlo todo al traste, o mejor dicho, me ha servido de excusa perfecta para hacerlo. Esa media galleta ha sido el tropiezo que precede a la caida. Me explico, aunque en realidad la explicación resulte ridícula, pero he de aceptar que así es como ha sucedido. Mi madre quiso compartir conmigo una galleta que mi hermano no quería (desde mi punto de vista para probarme o puede que yo esté demasiado susceptible) después de comer y le dije que no quería (no tenía hambre, no me apetecía y ya había comido suficiente) a pesar de mi negativa continuó insistiendo con frases del tipo "cuidado, a ver si media galleta te va hacer engordar unos gramos" "menudo drama por media galleta, mira que puedes llegar a ser tonta" "cuando te pones en ese plan me dan ganas de..." y para no oirla más me metí esa media galleta en la boca y salí disparada de allí, a hacer lo que necesitaba hacer, sin pensar. Después me encerré en mi cuarto y me pesé (gran error) y no soporté lo que ví, nada excesivo pero para mi estado anímico y el sentimiento de rabia que tenía en ese momento fue más que suficiente para recurrir a lo más "fácil", me hinché de laxantes después de más de 4 meses sin tomar ni uno solo. 4 meses tirados por la borda, después de esos meses ahora irremediablemente tengo que poner de nuevo a cero el contador y empezar de nuevo. Me sentí morir por haberlo hecho pero ya no había vuelta atrás. Tenía que haberlos tirado en el mismo momento en el que decidí dejar de tomarlos pero no lo hice, quizás porque me aportaba seguridad saber que estaban ahí en caso de emergencia. Asumí lo hecho y lo tomé como un tropiezo, vale, un gran tropiezo pero al fin y al cabo había sido eso. Los tiré para evitar que se volviese a repetir y me repuse con más fuerza de ese tropiezo.

Pero lo de hoy ya no ha sido un tropiezo, ha sido una caída libre en la que he acabado estampada contra el suelo irremediablemente. Intentaré reponerme, por supuesto... pero hoy siento que soy lo peor, una fracasada y una egoísta de mierda lo mire por donde lo mire. Dicen que de los errores se aprenden pero parece que no es mi caso pues por más errores que cometo no aprendo y vuelvo a cometerlos. Mañana será otro día o al menos eso espero.













jueves, 27 de mayo de 2010

Se acerca

Tristeza, rabia, apatía, soledad, frustración, ansiedad, aislamiento, rechazo, dolor, asco, odio, impoténcia, fracaso, decepción, CULPA... Son mis compañeros de viaje en esta montaña rusa emocional en la que me veo inmersa. ¿Ahora qué toca, subida hacia lo más algido, una nueva caida libre a las profundidades o un estancamiento en toda regla?

Harta de que los días buenos se conviertan en pésimos en cuestión de segundos.
Odio el verano, se acerca y me asusta. Me asustan tantas cosas de él y me asustan otras tantas de mi... :(
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Preso de mi soledad- Porta

Dios no me ayudó jamás a superar los altercados,
demostró que no existe nadie superior a mi lado.
El miedo crece,como la desesperanza,
yo doy pasos hacia atrás mientras todos los demás avanzan.


Miro por mi ventana está tapiada por las rejas,
veo el horizonte y como mis sueños se alejan,
late mi corazón para trasmitirme sus quejas,
mi jaula soledad siento mi alma haciendose vieja.


Soy preso de mi soledad
me cuesta sonreir,
si alguien me escucha...
que me responda en una carta,
o en voz alta.

Hoy flota un vacio y soledad,
ni el licor mas fuerte
puede hacer que deje de pensar en...

tantas cosas que ni sé,
quizas ni sepa.

Me pregunto el qué,el quién,el cuándo,
el por qué y el dónde..
Solo, estar solo en esta vida
¿es un regalo,un castigo?


Mi destino,dejar que sea yo quien lo decida.
Lo reconozco,tengo miedo a veces...


Me siento con el alma encadenada,
como un reo en una jaula,
contanto las horas mal gastadas.

Suelo escuchar al silencio,
la vergüenza me venció y grité
pero quité de mi un enorme peso
que hizo que me arrastrara y diera lastima.

No quiero darte pena,
tampoco quiero hacerte cargar con mi condena.

Busco un futuro en el que no haya que desconfiar,
que mi intimidad
no solo exista en esta soledad.

Pero soy autista, pesimista, sin un objetivo,
si fuera mas débil me hincharía de antidepresivos.


Vivo mis penas en silencio,
si algo aprendí de la vida es que todo tiene un precio.

sábado, 15 de mayo de 2010

Vaciar para poder llenar

Te sientes perdida, caminando completamente a tientas sin saber hacia donde te diriges, desorientada, caminas por inércia sin saber muy bien a donde te llevan tus pasos. Buscas una mano amiga que te pueda guiar y de pronto frente a tí ves un armario que permanece cerrado a cal y canto desde hace años. Y piensas que puede que haya llegado el momento de abrirlo para comprobar que hay en su interior.

Y te encuentras con cosas con las que en ningún momento contabas pero es normal que se hubiesen quedado en el olvido, demasiados años encerradas. El olor a podrido que desprenden hace que te sientas aturdida, confusa e incluso puede que te provoque algún que otro mareo que termine convirtiéndose en caida. Pero te vuelves a levantar porque eres consciente de que el armario no puede continuar en ese estado por más tiempo, ha llegado el momento de hacer una limpieza a fondo.

Puede que resulte una tarea desagradable pero acabas haciéndola porque sabes que aunque realmente sea desagradable también es sumamente necesaria porque la suciedad que se encuentra en el interior del armario está empezando a lastimar también su propia estructura y a todo lo que se encuentra cerca.

Te pones manos a la obra y en el interior encuentras demasiadas cosas, algunas de ellas ya podridas por llevar tanto tiempo almacenadas, ocultas, privadas por completo del aire del exterior. Otras en cambio empiezan a podrirse pero aún tienen la posibilidad de salvarse si se llega a tiempo y otras tantas que quizás aún estén en perfecto estado y aunque en su momento fueron útiles ya han dejado de serlo, ya no sirven.

Sigues con la limpieza pues sabes que no puede quedar a medias. Si por un descuido queda algo de lo podrido allí dentro puede acabar tocando y pudriendo de nuevo todo aquello que acabamos de volver a colocar y habría que volver a iniciar todo el proceso de nuevo. Asique aunque te sientes agotada y deseas parar, continuas limpiando, inclinando tu cuerpo para tratar de llegar mejor hasta el fondo.

Puede que en algún momento cuando creas que ya has tirado lo que más olía, aquello que más podrido estaba y empieces a sentir de pronto una tranquilidad propia de ver el trabajo bien hecho, aparezca de algún pequeño recoveco algo que no esperabas encontrar. Y entonces es probable que te asustes, que duela, que el sobresalto que produzca en tí te lleve incluso a una parálisis absoluta pero cuando consigas despertar tendrás que seguir porque entonces sabrás que aún no habías terminado.

La mayoría de cosas que están ahí dentro te resultan desconocidas pero cuando las vas sacando descubres que forman parte de tí, permanecían agazapadas en la oscuridad esperando el momento para poder salir. Y el sinsentido empieza a cobrar sentido. Ahí está el trasfondo, ahí es donde hay que empezar a mirar y a tirar aquello que ya no sirve, aquello que se ha quedado enquistado, aquello que duele... y las lagrimas caerán pero ya no será necesario reprimirlas o esconderlas si no algo más sencillo que todo eso, simplemente dejarlas salir.

El armario ha permanecido cerrado a lo largo de estos años por miedo a lo que pudiese encontrar trás esa puerta y ahora sé que cada cosa que voy encontrando y descubriendo en su interior aunque me ahogue es importante e imprescindible para el conocimiento personal, para empezar a entender aquello que se hacía incomprensible... para empezar a comprenderme a mi misma y ver que somos el resultado de lo que hemos vivido y sobretodo de como lo hemos vivido.

Conocerme y comprenderme... que difícil se hace, aún queda mucho camino por recorrer para conseguirlo porque lo importante no es simplemente sacar aquello que ya no sirve, si no ver que es, ahondar en ello e ir sacándolo del armario por completo. Porque ese armario soy yo misma y para poder llenarlo de cosas nuevas primero necesito vaciarlo de las que se han quedado obsoletas.

jueves, 13 de mayo de 2010

Las cosas van cambiando

El último post que escribí en el blog fue un pequeño resumen de todo lo que escribí la noche anterior a muy altas horas como consecuencia del insomnio que arrastro, la angustia que sentía en esos momentos y que necesitaba sacar de algún modo. Una angustia que acabó plasmada en papel mientras el bolígrafo dirigido por mi mano inquieta no podía parar de escribir, lo necesitaba tanto como el aire para respirar. Tanto por contar... tantos momentos y recuerdos que golpeaban mi mente y parecían ir conectándose por momentos, ansiosos por salir al exterior. (Aquí, en el blog tan solo dejé 1 pequeño extracto escogido entre tantas y tantas páginas escritas)

Y eso es lo que hice, dejarlos salir... sacarlos de dentro aunque doliese. Y es que como alguien me dijo "si algo duele es porque está curando" y con lo que está doliendo, la cura debe estar yendo viento en popa.

Llevo un par de días con una tranquilidad desconocida para mí, aprovechando este momento para volver a retomar cosas que tenía olvidadas o más bien aparcadas por falta de ganas o fuerza, volviéndome a sentir capaz de hacer muchas cosas. No sé cuanto durará, pero estos pequeños momentos siempre son bienvenidos y aún más cuando no suelen ser nada frecuentes.

Caminando, aunque puede que a un paso demasiado lento (o no, quizás es el rítmo que necesito llevar) va cambiando algo en mí y si echo la vista atrás descubro que realmente voy consiguiendo cosas que hasta hace poco se hacían impensables para mí.

Desde el momento en el que por fin logré alzar por primera vez la voz para pedir ayuda y explicar lo que me estaba pasando han pasado muchas cosas, buenas y malas.
Es cierto que hay caidas, momentos de incertidumbre, ganas de tirar la toalla, miedos... Pero me estoy dando cuenta que desde que empecé la terapia han cambiado muchas cosas, cosas que puede que no haya apreciado como merecían por todo el desorden que me envuelve, porque es verdad que "el centrarme en todos los árboles que se encuentran en el suelo a mi alrededor muchas veces me impide ver aquellos que continuan de pie o aquellos que he ido volviendo a levantar"

Cuando tenga algo más de tiempo escribiré todos esos cambios que son muchos y asi de paso igual me sirve de motivación personal. Si he podido cambiar ciertas cosas cuando lo creía imposible puedo pensar que soy capaz de modificar otras tantas que me quedan por cambiar. Queda mucho camino por delante soy consciente de ello aunque a veces me pueda la impaciencia y la frustración por tratar de empezar la casa por el tejado.

martes, 11 de mayo de 2010

Sola

Sola cuando...

- ... pedía ayuda con gritos de silencio.


- ...me ahogo en lagrimas en la oscuridad de mi habitación.

- ...vomito parte de mi alma y de la vida que lentamente se escapa entre mis manos mientras inutilmente trato de liberarme del peso que se ha instalado en mi mente.

- ...por las noches cuando hacía ejercicio hasta la extenuación con el objetivo superficial de quemar kcal y con el motivo real de no pensar en nada más.

- ...tiraba o escondía comida para que el vacío que siento en el pecho se trasladase a mi estómago y atenuase todo lo demás.

- ...me retorcía de dolor acurrucada en mi cama esperando que los laxantes cumplieran su misión.

- ...me entran unas ganas inmensas de romper todos y cada uno de los espejos que me encuentro a mi paso.

- ...siento que me rompo en mil pedazos y que nadie puede hacer nada por evitarlo.

- ...repaso cada uno de mis huesos con mis manos para asegurarme de que continuan ahí.

- ...cuando deseaba que todo acabase ya pero no tenía el valor de ponerle fin.

- ...caminaba horas y horas por la calle fuese de día o de noche para eliminar el sentimiento de culpa tras un atracón con la única compañía de mi MP3, la música que sonaba en él y que se ha convertido en la banda sonora de mi enfermedad. Ahora cada vez que escucho una de esas canciones vienen a mi mente mis momentos más bajos y parece que los revivo.

- ...


A la hora de la verdad por muy acompañados que estemos, por mucha gente que se encuentre a nuestro alrededor, nacemos y vivimos solos, cada cual tiene su propia lucha y esta es la que me ha tocado librar a mi. Soy yo la que estoy dentro de mi todo el tiempo, soy yo la que no me doy una tregüa, la que lucho contra mí y esta es mi batalla.

8 años, joder!!! 8 putos años tirados a la basura. Cuanto tiempo perdido, cuantos trenes he dejado marchar... cuantos.

Nos avisaron, nos dijeron como podía acabar esto. Quizás entonces hubiese sido más sencillo, quizás aún estabamos a tiempo, pero no, yo tuve que decir que todo había sido una tontería sin importancia y que estaba más que superado y tú tuviste que creerme. Y volvimos a lo de siempre, a lo que mejor se nos da, hacer como si no pasara nada.

Un día no hace mucho me dijiste "¿No te ves?" y yo ahora digo ¿Y tú? ¿No me veías?¿No me ves?... son 8 años, 8 años de secretos que habitan en 100 m2. Ya sé que ves mis huesos me lo recuerdas casí cada día pero ¿y mi tristeza? ¿y mi culpa? ¿y mi soledad?... ¿Las ves?

Yo no necesito verlas, las siento... convivo con ellas las 24 horas del día, siento como se clavan en mi mente, siento como me ahogan, siento como cada día se hacen más y más fuertes. Es algo que recaé sobre mí, no puedo culpar a nadie más. Yo soy la que finjo, soy yo quien me escondo, soy yo quien no te explico ni te dejo ver lo que hay más allá de esos huesos que sobresalen y que son los únicos que resultan algo más obvios ante los ojos de los demás.

Con tiempo y esfuerzo, mucho esfuerzo estoy casi convencida de que puedo acabar desprendiéndome del TCA por muy incrustado que esté en mi mente y en mi vida, por mucho que sea lo que ha estado presente en cada momento de mi vida a lo largo de estos años de un modo incondicional. Pero sé que puedo, porque quiero... aunque a veces me venga a la mente que quizás ya sea tarde.

Y si finalmente consigo desprenderme del TCA ¿Lograré también perdonarme? ¿Lograré desprenderme de esta tristeza que me quema? ¿Podré soltar esta culpa que me pesa como una losa sobre mi cabeza?

Ahora todo es tan difícil, lo veo todo tan lejano... Pero por más lejos que se encuentre quiero creer que no es imposible. Porque algo se vuelve imposible en el mismo momento en que crees que lo es.

domingo, 9 de mayo de 2010

...cargando...

Hasta la distancia más larga se puede completar a base de pequeños pasos.
(...Cargando las pilas para ponerme en marcha)


*El límite de lo que puedes lograr lo marca tu miedo* ... Que gran verdad.