Por primera vez en años he conseguido meterme en una talla 34 y a pesar de ello y de subirme a la báscula para comprobar con mis propios ojos (creía que había engordado) que marca algo menos de 45 kgs... Nada es igual, nada es igual por muchos motivos... Hasta hace bien poco al ver esas cifras me habría dejado arrastrar aún más, sin pensar en las consecuencias, sin mirar más allá...El primer pensamiento que se me pasa por la cabeza cuando subo a la báscula es: ¿45? a por los 40... Siempre ha sido así, siempre hay una meta menor, pero lo que diferencia este momento del antes, esque ese pensamiento aparece, si, pero no pienso hacerle caso. He estado conviviendo todo este tiempo con la enfermedad, caminando de la mano con ella tan solo por inércia, mi día a día, mi rútina... me acurrucaba en ella y cubría mis ojos para no ver más allá, me causaba el dolor que me aterraba que me pudiesen causar los demás, buscaba la soledad porque en cierto modo la necesito pero sobre todo por el temor a encontrarme algún día con la soledad no buscada (porque duele demasiado) y simplemente me dejaba llevar. Aquello que pensaba que podía controlar se volvió en mi contra y acabó controlándome haciéndome perder tantas cosas... cosas que por desgracia aún a día de hoy sigo perdiendo.
Poco a poco las cosas van cambiando aunque muchas veces sienta impoténcia por querer ir más rápido y no ser capaz a causa de mi bloqueo.
Es difícil de explicar pero tengo la sensación de estar en un terreno pantanoso, una especie de arenas movedizas en las que cuanto más trato de escapar, cuanto más me muevo para conseguir salir, más me hundo en ellas. Sé que en realidad no es así, la verdad es que antes no me "movía" tan solo esperaba a que poco a poco me fuesen tragando, a desaparecer entre ellas, entre mis miedos... no luchaba contra ellos, ni contra la enfermedad tan solo me dejaba llevar porque de algún modo era la opción más "fácil" ya que pensaba que era la única que se encontraba a mi alcance. Adelgazo, luego existo... y no se me daba del todo mal.
Ahora anímicamente me encuentro cansada, completamente agotada y en muchas ocasiones es el propio cansancio el que me hace dudar si esto tiene un final o haga lo que haga todo continuará igual... En realidad sé que el cansancio que siento está producido porque ahora estoy tratando de dejar atrás el camino "fácil" y ello supone una lucha sin tregüa contra mis pensamientos más dañinos (que son muchos), son horas y horas de preguntas, de dudas, de contradicciones, de no poder bajar la guardia... ya no está la "comodidad" de simplemente dejarme arrastrar, ahora todo se complica:
- ¿Como o no como?
- Vomito solo esta vez, la última (no nos engañemos cuando nos decimos esto nunca es la última)
- ¿Y si bajo a 40? Luego ya subiré ( ¿de que me sirve bajar más peso?)
- Si ahora me como esto (umm, cálculo mental de kcal... esta noche no ceno)... pero, debería cenar.
- ¿Cómo voy a subir de peso? Si me siento mal con 45 kgs, con 50 será insoportable (da igual, 40 que 45, que 50... siempre me veo igual, está comprobado)
- Si camino durante X horas podré cenar sin sentirme culpable (la culpa siempre aparece y aparecería aunque diese la vuelta al mundo caminando)
- ...
Haga lo que haga hay una parte de mi que me hace sentir culpable... si no como mi parte sana se encarga de recordarme lo mal que hago las cosas y si por el contrario hago caso a mi parte sana y como, es la enfermedad la que me grita la poca fuerza de voluntad de la que dispongo. Pero, esto es así... la parte sana ha estado ahogada por la enfermedad la mayor parte del tiempo y es ahora cuando por fin logro oirla aunque aún no alce su voz con todas sus fuerzas.
Esto cansa, cansa muchísimo... pero nadie dijo que fuese fácil. He invertido y desperdiciado mucho tiempo en destruirme, asique aunque ahora recomponerme me cueste más tiempo del que imaginaba... merece la pena. No tengo nada que perder por intentarlo.
Creo que tarde o temprano conseguiré normalizar mi relación con la comida y aunque para ello queda mucho ya he empezado a dar los primeros pasos, pasos dubitativos como los de un niño que empieza a caminar y sus pasos aún son inestables, sus piernas tiemblan por la inseguridad y el miedo a caer... Pero el verdadero o mejor dicho, los verdaderos temores que me atormentan son: que cuando consiga dejar atrás todo esto no logre llenar el vacío que quede, que detrás de mi trastorno alimenticio no haya nada, yo no sea nadie, que si algún día logro vencer la enfermedad no quede nadie a mi lado porque se hayan cansado de esperar y me encuentre completamente sola, que la obsesión desaparezca pero el dolor continue intacto y no sepa como aliviarlo, que no logre llevar una vida normal... Estos miedos son los que me paralizan, los que me impiden avanzar a mayor velocidad.
Si alguien ha conseguido llegar a leer hasta aquí enhorabuena y gracias, menudo royo he soltado pero... lo necesitaba.
Rollo? A mí me ha encantado leerte, porque me has dado fuerzas con tus palabras, porque todo lo que dices tiene muchísimo sentido, porque necesitaba leer estas palabras, esta entrada...
ResponderEliminarGracias a ti por haberla escrito. Esa es la fuerza que necesitas para salir de todo esto (la fuerza que todas necesitamos).
Creo que desde que te leo es la entrada con más esperanzas, energía, realidad y sensatez que he leído.
En cuanto a esos temores, son temores que surgen a todos los seres humanos durante la vida, pero no pienses que son sólo por el trastorno, porque realmente el trastorno sólo es una venda para huir de la realidad que no soluciona ningún temor ni problema, sólo nos causa más.
Un abrazo fortísimo. Me ha encantado leerte así, de veras...
hola preciosa!
ResponderEliminarantes de nada, mil gracias por estar siempre a mi lado..gracias por esos "coscorrones" que despiertan mi conciencia y seguir adelante.
Decirte que , aunque lo pase mal, aunque mi subida de peso sea evidente etc tengo que reconocer que a pesar de que esté siendo doloroso estoy mucho mejor que hace tiempo. Tal vez no lo quiera ver porque sigo sintiendo el asqueroso deseo y "necesidad" de estar delgada, y el peso y la ropa se empeñan en recordárme que no soy lo que era..
Pero, a ratos me siento bien conmigo, a pesar de que mi mente enferma continúe diciendome que no estoy bien, que estoy gorda..pero, SOY CAPAZ DE NO HACERLE CASO, y cada vez duele menos, cuesta menos..me voy habituando.
Hoy por ejemplo me plantée no comer nada en absoluto porque anímicamente no estoy nada bien, sin embargo salió de mi sólo, sin forzarme..y hice las 3 comidas, y no he vomitado ni hecho deporte ni me he purgado. Estoy en calma..y me sorprende! me asusta! y parte de mi desea tener ese miedo tan intenso que me hace actuar a toda costa perder peso. Sigo siendo pura contradicción, sólo que ahora empiezo a mandar a la mierda esa vocecilla, me asusta volver al punto en el que estaba antes. Pese a ello, aun sabiendo que he mejorado estoy desanimada por muchas otras cosas que me hacen desear refugiarme en la enfermedad de nuevo...pero sé lo que es, y lo que me ha costado llegar hasta aqui, y por el momento trato de darme tiempo, calma..siempre estoy a tiempo de "volver a caer", como bien tu me has recordado siempre...SOLO HAY UN CAMINO. Y aunque es doloroso, fatiga y termina confundiéndonos ..puedes con esto! lo estas demostrando! no menos precies tus avances.
No te pongas la venda, no huyas, es tentador...lo sé! sin ir más lejos ahora mismo sólo pienso:
-A:tengo que bajar estos 12kg, CONTROL!SE TERMINO!
-B:me ha costado tanto llegar a aqui..y ya ha pasado lo peor que pude imaginar...que me queda por perder??PUES ADELANTE!
No se si flaquearé, caeré o cuando, o si no ocurrirá..lo que sé es que cada tropiezo, duda o error nos enseña y nos hace más fuertes, y si caemos ya sabemos donde no pisar y a que agarrarnos para levantarnos de nuevo..
Nunca tires la toalla, eres mejor que eso!
y aprenderemos a convivir y superar esos miedos que conlleva la existencia humana, lo haremos sufriendo pero siguiendo adelante, como ha de ser..
1bsito enooooooooooooooorme corazóN!
En un costal de dolores, tirar uno de ellos No empeora las cosas; al contrario, aligera la carga. Si te deshaces de este problema, no te quedarás vacía, sin nada.... Te quedarás con un problema menos y una tristeza, una angustia, un dolor menos. Estamos en la lucha porque reconocemos la intención de ambas voces y sabemos a cual debemos escuchar y a cual debemos ignorar (que esa es como el legendario canto de las sirenas: atrayente y devastador). Lo sabemos, pero es difícil. Es complicado dejar algo que se ha convertido en parte de nuestra vida, de nuestra experiencia, pero creo fervientemente que NO es parte de nuestra esencia. Somos más que una enfermedad. Si la quitamos, quedará nuestra experiencia con ella (que seguro nos fortalecerá para otros devenires de la vida)pero seguiremos siendo nosotras y seguro podremos ser mejores, sin la opresión de las obsesiones.
ResponderEliminarHola, me alegra saber que vas en el camino. A mí a veces me pasa también que me entran ganas de bajar más de peso aunque llevo mucho tiempo manteniéndome bien... Creo que un día pasan. Lo que hago es si me siento con ganas de bajar me pregunto por otros aspectos de mi vida, cómo van, cómo me siento... Me gustó mucho tu entrada, un gusto conocer tu blog.
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