No quiero escuchar... pero oigo.
No quiero mirar... pero veo.
No quiero sentir... pero siento.
No quiero pensar... pero no puedo dejar de hacerlo.
No quiero mirar... pero veo.
No quiero sentir... pero siento.
No quiero pensar... pero no puedo dejar de hacerlo.
Me encuentro al borde del precipicio y siento que en estos momentos bastaría un detalle, una simple brisa para hacerme caer. ¿Cómo explicar tantas y tantas cosas que guardo en mi interior?¿Cómo ponerles palabras?¿Cómo lograr que me entiendan si ni yo misma logro comprenderme?
¿Por qué no dejo de complicar las cosas? A veces me siento como una pieza de un puzzle que no encaja en ningún lugar. Ya no sé quien soy en realidad, aquello que un día fuí se desvaneció... y ni tan siquiera sé si queda un pequeño resquicio de mí encerrado aquí dentro esperando a ser liberado o ya no queda nada.
Me dicen que luche, que ya me he hecho suficiente daño, que ya he sufrido bastante, que merezco ser feliz... ¿Por qué merezco ser feliz? ¿Qué he hecho yo para merecer esa felicidad? Ya os lo digo yo, NADA.
Cuando alguien te hace daño una y otra vez la solución es relativamente sencilla, alejarte de quien te causa ese dolor, pero... ¿y cuando tu mayor enemigo eres tú misma? ¿Qué hacer cuándo eres tú quien más daño te hace?¿Cómo me alejo de mí?
A mi alrededor veo miradas de tristeza, impoténcia, rabia, miradas disimuladas... y muchas de esas miradas las he causado y las sigo causando yo y no lo soporto. Intento evitarles el dolor, hacer las cosas bien, estar bien... pero no sé a quien trato de engañar, no me siento bien. ¿Y qué hago?, ¿Finjo tener la vida que todos esperan que tenga? ¿Sigo caminando por inércia? ¿Engaño a los demás y a mi misma? ¿Hago las cosas porque se supone que debo hacerlas aunque en realidad no las sienta? ¿Encamino mi vida acorde con los dictámenes de esta sociedad? ¿Sonrío aunque tenga ganas de llorar?... ¿Cómo consigo acabar con esta espiral?¿Cómo consigo soltar las cadenas y dejar de aferrarme a ellas?¿Cómo consigo simplemente ser normal?
No todo el mundo está capacitado para todo, hay cosas que por un motivo u otro no se nos dan bien. No todos sabemos cantar, dibujar..., a mí no se me da bien vivir, no recuerdo como se hace. No sé donde está mi sitio, haga lo que haga, vaya donde vaya y esté con quien esté me siento fuera de lugar. Quizás porque no tengo ese hueco en ningún sitio, o tal vez porque yo no sé buscarlo... pero lo cierto es que muchas veces me planteo ¿qué pinto yo aquí?
*¿Cuántos gramos pesa mi alegría? ¿Cuánto pesa el miedo a ser feliz? Nunca me he sentido tan perdida...*
Hola, preciosa, siento leerte así, y sin embargo no me parece tan extraño lo que sientes. A menudo también siento que no encajo en ningún sitio, pero seguimos "por inercia"... ¿Los dictámentes de la sociedad? Si te dejas guiar por ellos, probablemente no serás feliz, al fin y al cabo la sociedad en general está más loca que todas nosotras juntas, y mucho más llena de contradicciones... Puedes ver en el televisor un anuncio de una crema adelgazante e inmediatamente después uno de turrones, y encima después te aparece uno de cualquier asociación que lucha contra los trastornos de alimentación... Que no me fastidien, que no me lo trago, están más locos, o ya me dirás...
ResponderEliminarA parte de eso, sólo tienes que ser tú misma, la que te sientes en tu interior, esa que a menudo ves como muy chiquitita y lejos, pero llena de vida, fortaleza y valor.
En cuanto a la felicidad, no es cuestión de merecerla o no, sino de buscarla. La felicidad no viene, la felicidad nos la construimos cada uno, y cada cual ha de hallar la manera de conseguir la suya, en gran parte por eso mismo estamos en el mundo: no es que merezcamos o no ser felices, es que venimos aquí para encontrar la felicidad, y eso sólo se consigue hallando nuestro verdadero camino...
Una vez leí que Dios había escondido en el interior de cada uno de nosotros la llave de la felicidad, así que depende de cada uno buscarse la suya, pero en su interior... y la manera de saber que el camino escogido es el correcto es preguntarse si con lo que estamos haciendo somos felices... si no lo somos, es que estamos en el camino equivocado.
Muchas veces me he planteado también qué hago yo aquí (ya lo habrás leído en mi blog alguna vez), pero esa no es la cuestión, la cuestión es que estamos aquí, para bien o para mal, así que algo tendremos que hacer. Si realmente no pintáramos nada de nada nos caería un meteorito en la cabeza y dejaríamos hueco para otra persona en el mundo... así es la vida, y lo sabemos: ¿cuánta gente muere prematuramente sin saber por qué? y ¿cuántos habemos que en más de una ocasión desearíamos que realmente se nos cayera el meteorito en la cabeza...?
El camino de la recuperación no es fácil, pero ¿qué otra salida nos queda? ¿acaso hay algo que podamos hacer mejor que al menos intentarlo? ¿qué tenemos que perder?
No se trata de convertirse en un autómata de la sociedad (aunque a veces tengamos que recurrir a ello para "sobrevivir"), sino en encontrarnos a nosotros mismas...
Pedazo rollo que te acabo de soltar!!
Es que últimamente estoy bastante filosófica, también en busca de mi camino y mi huequecito en este puzle...
No estoy demasiado bien (con lo que algunas de estas palabras pueden resultar algo irónicas), pero al menos no pierdo mi verdadera meta de vista...
Un abrazo fortísimo!!