He perdido por completo la noción de lo que es real y lo que no. Pensaba que estaba mejor, no anímicamente pero si en relación a la comida, y digo pensaba porque ahora mismo ya no sé lo que creer.
Es cierto que yo no logro ver las cosas del mismo modo que los demás pero tengo la sensación de que hay personas de mi entorno que por su preocupación constante están viendo más de lo que realmente hay, me ven peor de lo que realmente estoy o al menos eso creo, aunque como ya he dicho ya no se que pensar.
El miercoles me llamó mi prima, me preguntó que tal estaba y bastó que le contestase que estaba bien para desencadenar una charla de casi media hora. Empezó a decirme que no estoy bien, que mi encargada había hablado con ella y le había dicho que me había puesto fatal, que estoy cada vez más delgada(eso no es así, ultimamente me estoy manteniendo más o menos en el mismo peso), que esto dura ya demasiado tiempo(tantos años no se pueden borrar de la noche a la mañana) y que ya no le convencen mis palabras porque una cosa es lo que yo digo y otra lo que hago y ella no puede saber lo que hago cuando estoy sola y no quiere tener que acabar viniendo a visitarme a un hospital.
Y yo en mi convencimiento de que estaba mejor le empecé a decir que no entendía lo que querían de mí, que me esforzaba por mejorar y que eso nadie lo veía, que estaba mejor pero que parecía que lo único que les importaba y lo único que podría tranquilizarles, ya que parece ser que es el único avance que logran ver porque es tangible, es que engorde. Le intenté explicar que el mero hecho de subir de peso no era equivalente a estar bien, que ya lo he vivido otras veces, he subido de peso hasta estar en un rango saludable e incluso con algún quilito sobrante para tranquilizar a todo el mundo y seguía buscando el modo de castigarme, lo hacía de otro modo pero la realidad esque en el fondo nada había cambiado. Me dijo que sabía que no todo era cuestión de comer, ni de peso pero que me veía muy triste y que no quería verme así, que quizás yo no lo logre ver pero que he cambiado de forma radical y que ya no soy la misma.
Después de hablar con ella no entendía nada ¿A qué venía esa charla? Si yo estoy mejor, estoy mejor, ¿estoy mejor? Estaba convencida de ello y acabé finalmente dudando de mi misma ya que soy consciente de que mi criterio al respecto no es demasiado fiable.
Hago las cosas "bien" un día y ello me sirve para darme una palmadita en la espalda, confiarme y volver a caer. Cuanto más "subo" más fuerte es después la caida.
También está él, llevo toda la semana ignorando sus mensajes y llamadas en un intento de alejarlo, de que se acabe cansando de mí y se aleje él por su propio pie ya que mis intentos de explicarle que estar a mi lado tan solo puede hacerle daño han sido en vano y sigue obstinado en permanecer ahí. Me duele mucho mantenerlo al margen de todo, lo necesito demasiado y sé que él también a mí, pero lo nuestro se ha convertido en una dependencia dañina para ambos y no quiero convertirme en el mayor de sus males.
Asique esta semana entre unas cosas y otras ha sido un tanto caótica, plagada de restricciones constantes, caminatas de más de 3 horas, algún vómito ocasional... y en consecuencia he vuelto a bajar de peso. Mi parte enferma se regodea de ello y da saltos de alegría pero la parte que quiere dejar todo esto atrás está más cabreada que nunca.
El fin de semana aún ha sido más desastroso si cabe, mis días libres casi siempre suelen serlo, demasiado tiempo para pensar, demasiado tiempo para actuar. Y me invade el pánico al pensar que la semana que viene acabo de trabajar y mientras encuentro otra cosa voy a tener demasiado tiempo libre y me asusta la idea de que pueda acabar invirtiéndolo en lo de siempre, en destruirme cada día un poco más.
Por otro lado he de decir que en estos días no todo ha sido negativo, también ha habido espacio para por un momento pensar en positivo y que en mi mente hubiese lugar para un ¿y por qué no?, un hueco para la esperanza de que puede ser posible vivir de un modo distinto y un empujoncito para mis ganas de luchar por ello. Intentaré ser consecuente y hacer algo.
Sé que me repito pero GRACIAS de corazón. Apenas me salieron las palabras porque el nudo que tenía en la garganta junto con los nervios lo impedían pero de todos modos en ese momento aunque tenía mucho que decir sobre todo lo que necesitaba era escuchar y me sentí tan identificada en muchos aspectos que por momentos era como escucharme a mí misma, pusiste palabras a muchos pensamientos y sentimientos que están en mí y que no conseguía descifrar.
Me alegro de que al menos vieras un lugar para la luz, para cambiar de vida, ahora toca ser consecuente con tus actos o pensamientos...
ResponderEliminarLa recuperación a menudo es así: das dos pasos hacia adelante y luego tres atrás, pero luego retomas el camino y das cuatro hacia delante... Lo más importante es no perder nuestra nueva meta (recuperarnos) de vista. Es cierto que subir de peso no lo es todo, pero que te encuentres tan triste es señal de que aún falta camino.
No todo es decirlo y hacerlo, pero en el fondo es así... me explico: decimos que queremos salir pero a la vez nos da miedo y nos decimos que no tiene porqué ser hoy, que ya saldremos mañana... el problema es que "mañana" nunca pasa a "hoy". Tomar la decisión firme de salir es quizá lo más difícil de la recuperación, pero ahí está el 90% del camino, el resto consiste en no abandonar esa decisión o no abandonarnos cuando vemos que estamos cayendo, que al fin y al cabo es el camino fácil: algo me va mal, pues caigo un poco más, me lastimo a mí misma, que es un poco lo que deseamos en el fondo, ya que también es una manera de desviar la atención de nuestros verdaderos problemas y sentimientos, centrarnos en un nuevo "problema" que al menos esta vez sí que ¿controlamos? y ¿decidimos? nosotras...
Yo me encuentro un poco en esa situación, veo el abismo ante mí y la elección de saltar o echar marcha atrás... me digo: "Va, salto aunque sea un poquito, y ya veremos, siempre estoy a tiempo de volver atrás". Pero es mentira, porque bien sabemos lo tremendamente fácil que es estar cada vez más atrapadas, mucho más fácil que salir de esa propia trampa...
Yo, ahí sigo, que ni para alante ni para atrás, pero aguanto, que es (por ahora) lo más importante...
Un abrazo muy fuerte y muchos ánimos.
Ya sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras....
Es parte del proceso, altos y bajos, al principio muy bajos pero, cada buen alto, será un gran paso, para el comienzo del final de esta enfermedad.
ResponderEliminarÁnimo, todas, ante el anhelo de una recuperación, empezamos como tú. Dale aliento a este espacio, no pido que te mientas, sólo intenta un poco de optimismo, de ese modo, terminas convenciendote de ello, porque te lo mereces -te preguntarás por qué digo que te lo mereces?- Porque no pedimos nacer y si se nos concedió ese privilegio, creéme es porque lo merecemos.
Un abrazo, y ten seguro esto: Qué mejor que contar con alguien que sabe perfectamente lo que estás viviendo?
Si se puede salir de esto. Besos mujer!
Soy la prima que te hizo sentir mal aquella tarde, siento mucho que mi "charla" te hiciera tanto daño, no era mi intención, pero no sé como ayudarte, si apoyándote, si callando, si haciéndo como si no pasara nada...no lo sé!!! Me gustaría que alquien me explicara como hacerlo,porque realmente, necesito saberlo.
ResponderEliminarSeguramente no hice bien obligándote a hablar del tema y nunca más ocurrirá, prometo respetar tu opinión y jamás, jamás,volveré a tocar el tema si no lo haces tú primera, de acuerdo??
Te quiero y no me gusta ver tu sufrimiento, tu sentimiento de culpabilidad, no tienes culpa de nada, es una enfermedad y como tal hay que tratarla.
Confío en que, algún día, esto sea agua pasada y seas feliz, porque ya está bien, te lo mereces porque eres grande, muy grande...
Te quiero con toda mi alma, quizás mi amor te haga daño, pero no lo hago con mala intención, de eso estate segura.
Te quiero cariño!!!