*Si LuChAs PuEdEs PeRdEr, Si No LuChAs Ya EsTáS pErDiDo*

SiGo CaMiNaNdO sIn DeTeNeRmE y CaDa PaSo QuE dOy Me DeScUbRe HaCiA dOnDe VoY.

lunes, 14 de marzo de 2011

30 días sin vomitar + cierre del blog


Aunque me cueste verlo y me cueste desprenderme de él, necesito cerrar el blog para centrarme 100 % en el tratamiento, en la recuperación... porque no quiero quedarme estancada ni retroceder. Lo cierro para tratar de recomponer mi vida, la de verdad, la que espero encontrar tras estas 4 paredes y tras esta pantalla de ordenador.

El blog me ha ayudado muchísimo a conocerme y a comprenderme mejor durante todos estos años, también gracias a él he conocido personas maravillosas (Maia, Nel...sabéis como encontrarme) que espero que algún día puedan hablar en pasado de la enfermedad porque merecen realmente hallar esa paz, esa tranquilidad, porque merecéis ser felices.

Pero probablemente el blog ya ha hecho todo lo que podía hacer por mí. Ahora me toca a mi el turno de salir a la vida real y seguir luchando para poder llegar a decir algún día que estoy curada (ojalá pueda llegar ese momento).

Esto ha sido, es y será siempre muy importante para mi, pero a pesar de ello lo cierro porque confío en que será lo mejor y porque confío en quien me lo ha recomendado.






sábado, 12 de marzo de 2011

Aunque cueste, el objetivo siempre ha de ser avanzar


Hay veces en las que parece que no soy yo misma la que hablo, es la maldita enfermedad que me transforma en algo que no soy y hace que diga y haga cosas que en realidad no siento. Aunque evidentemente soy la única responsable de mis actos estoy segura que de no estar enferma muchas veces actuaría de diferente manera, puesto que sin la enfermedad sería YO, simplemente Yo, sin mascaras, sin disfraces, sin este lastre...

En ocasiones me muestro como enfadada con el mundo y por ello me aislo pero en realidad tan solo estoy enfadada conmigo misma. Como no puedo controlar el mundo exterior me empeño en controlar mi mundo interior, un mundo que resulta muy difícil de traspasar para el resto de personas, porque es como si hubiese formado un muro que me rodea y que me protege del exterior, de mis miedos... cuando en realidad lo que necesito es protegerme de algo que no se ve, no se toca pero se siente en lo más adentro, mis propios fantasmas.

Pero ese muro cada vez es más frágil y de vez en cuando hago una excepción y dejo que alguien lo traspase. Durante mucho tiempo me autoconvencia de que era mejor estar en soledad (y de vez en cuando sigo cayendo en esa idea) para que nadie pudiese dañarme cuando los sentimientos ya fuesen de amistad o amor empezasen a aflorar. Pero ahora se que es mejor poder contar con alguien, que necesito de gente, de mi gente... que es preferible correr el riesgo a que te puedan hacerte daño que privarte del afecto, cariño... que en la vida puedes llegar a dar y recibir.

Que hay personas que nos acompañan solo parte del camino y duele ver como después se marchan pero durante esa parte del trayecto también nos aportan aprendizaje, otras personas llegan para quedarse y aunque son las menos son las que realmente merecen la pena... y no quiero seguir privándome de todo lo que puedo llegar a vivir si dejo de lado mi burbuja. Habrán cosas buenas, malas... pero tendré que aprender a lidiar con ellas de una forma sana, dejando de focalizar los problemas en mi para hacerme daño en un intento vano de no sentir lo que realmente me duele. Cuesta horrores pero creo que estoy en el camino!! Tengo momentos de "lucidez" y "claridad" en los que toda esa teoría que está instalada en mi cabeza empieza a cobrar sentido aunque también es cierto que ese sentido aunque en el fondo siempre sé que está ahí muchas veces parece desaparecer.

Al menos miro atrás y aunque lo he vivido en mis carnes, aunque lo he sufrido... no me reconozco en ciertos actos y eso es señal de que ya no me encuentro en un peldaño tan bajo.

__________________

Escrito por mí el 11 de Mayo de 2009:

Otra noche sola en casa, encerrada en mis pensamientos. Trato de autoconvencerme de que tengo que comer algo aunque no quiera y me dirijo a la cocina a coger un trozo de queso, me lo llevo a la boca y sin quererlo despierto a la bestia, ya no puedo parar... arraso con todo lo que encuentro por la nevera, empiezo a devorar a una velocidad vertigínosa. Trato de detenerme a tiempo pero no lo consigo, la ansiedad que siento es superior a mí y a mi deseo de parar.


Empiezo a fustigarme, a repetirme una y otra vez que de seguir así acabaré siendo una auténtica vaca. Me pregunto dónde está mi autocontrol, por qué no puedo encontrar la estabilidad, el término medio entre no probar bocado y atracarme ,aunque a veces son atracones subjetivos (no me excedo en cantidad pero si en el tipo de comida que escojo)


Y ahí estoy de nuevo, frente a la taza del water a pesar de mis promesa de evitar a toda costa volver a vomitar que en ese mismo instante queda convertida en meras palabras... no puedo dejar toda esa comida dentro de mí. Y trato de librar inutilmente a mi estómago pero sobre todo a mi mente de todo lo que me pesa.


Me castigo una y otra vez hasta que noto como mi boca y mi garganta empiezan a arder fruto de los ácidos, hasta que siento un dolor indescriptible en mis costillas y noto el amargo sabor de la sangre en mi boca. Es entonces cuando me invade el miedo, cuando me pregunto que estoy haciendo con mi vida, cuando me planteo la posibilidad de que algún día llegue el último vómito y no sea por que yo lo decida, si no porque mi cuerpo no resista ninguno más, entonces es cuando digo basta. Pero a pesar de ello durante unas fracciones de segundo incluso la idea de mi propia muerte parece que deja de importar y me siento libre, menos pesada... Vuelve la lucha entre las dos fuerzas internas.


Me miro en el espejo y observo atentamente el aspecto tan lamentable que presento. Mis ojos están completamente rojos, llenos de lagrimas provocadas por el esfuerzo, lagrimas que han arrastrado todo el maquillaje a su paso, dejando más visible el blanco de mi pálida piel. Me quedo allí parada frente al espejo, el tiempo parece detenerse frente a mí. Me odio, odio lo que soy, en lo que me he convertido... y rompo a llorar.


Duele mirar hacia atrás pero también me ayuda a mantenerme en alerta. Saber hasta donde he llegado a caer hace que trate por todos los medios de continuar avanzando y hacerlo con uñas y dientes para evitar retroceder y caer en lo mismo.


jueves, 10 de marzo de 2011

Inseguridad


La inseguridad me acecha a cada paso que doy, cada día cuando camino por la calle me sorprendo con la mirada agachada, mirando al suelo por esa sensación de ser menos que los demás, por el temor a ser juzgada, por el terror de ser observada, por esa impresión de sentirse tan y tan pequeña…

Me siento pequeña allá donde voy y entonces el pánico me invade y salgo corriendo, pierdo momentos, oportunidades y mil cosas más por el miedo a seguir sintiéndome NADA. Se que no hay peor juicio que al que yo misma me someto a cada instante, las críticas que me vierto, el nivel de autoexigencia que he ido adquiriendo a lo largo de los años, el mismo que hace que me sienta así de pequeña.

Porque en mi cabeza nunca hago nada lo suficientemente bien, nada me sale como me había propuesto, generalizo y TODO lo hago mal. En vez de pensar que de los errores se aprende me fustigo una y otra vez haciéndome sentir cada vez más y más pequeña. Me cuesta aceptar retos, arriesgar, ser emprendedora... porque me da la sensación que todo lo que pueda hacer será en vano y acabaré estrellándome de nuevo contra el suelo porque no sabré hacerlo lo suficientemente bien.

Y me veo aquí parada, estancada en ningún lugar... viendo como los demás avanzan mientras yo me boicoteo una y otra vez quedándome paralizada.

Las cosas que puede que haga bien pasan inadvertidas ante mis ojos. Escuchar una palabra simple palabra o observar una mirada que no sabemos muy bien como descifrar son más que suficientes para que mi cabeza “centrifugue” sola y le acabe buscando los 5 pies al gato y entonces empiezan las preguntas: ¿Qué ha querido decir con eso? Seguro que no me soporta, ya he vuelto a meter la pata, no soy capaz de hacer nada bien, debería haber… podría haberlo hecho mejor, podría haber hecho más...y volvemos a la rueda:

Sensación de fracaso+culpabilidad= ansiedad_______ búsqueda de vía de escape para no pensar, para no sentir.

No hay nada tan bueno ni tan malo es el pensamiento el que lo convierte, pero cuesta tanto frenar esos pensamientos…

martes, 8 de marzo de 2011

Vaciar para poder llenar

He eliminado la música que había en el blog porque se había convertido en la banda sonora de mi enfermedad y las canciones que antes necesitaba escuchar por sentirme identificada y porque me acompañaban en mi soledad son las mismas que ahora me deprimen y me generan malestar y me envuelven en lágrimas por todo lo vivido y por el tiempo pérdido.

Ya no necesito una banda sonora que me recuerde constantemente lo mal que estoy o he estado, porque simplemente estoy tratando de deshacerme de todo lo que me recuerde a la enfermedad o la mantenga. Estoy tratando de deshacerme de la propia enfermedad.

Así que he renovado mi repertorio musical, ahora necesito canciones con mensajes positivos, canciones que me den el empujón necesario para levantarme por las mañanas en lugar de canciones que cuando me encuentro débil me inciten a meterme en la cama para no salir de ella.

Años de canciones deprimentes borrados de un soplido, ya no están aquí, ni en mi Mp3... ya no quiero que me acompañen en mis caminatas a ninguna parte, es más quiero continuar caminando pero hacia algún lugar.

Estoy borrando las cosas que me dañan aunque me cuesta desprenderme de alguna de ellas porque son recuerdos, pero ¿realmente quiero guardar recuerdos de mis peores momentos?

Los recuerdos que hay que guardar son los buenos, los nefastos no tienen cabida... sobran y por tanto donde deben estar es fuera de mi vida.

Música, fotos de la enfermedad, apuntes del seguimiento de mis kgs y calorías... TODO FUERA.

Vaciar para poder llenar...


domingo, 6 de marzo de 2011

Pequeños trazos de normalidad


Esta semana empezó mal, bueno en realidad no fue más que la continuación a un fin de semana nefasto porque un virus me mantuvo encerrada en casa (aunque si no hubiese sido el virus cualquier otra excusa me habría servido para continuar en mi encierro) me sentía cansada a nivel físico y destrozada a nivel anímico. No sabía por qué pero no podía dejar de llorar casi a cada momento, casi con cualquier palabra e incluso por la ausencia de ellas.

Las lágrimas no dejaban de asomar ante cualquier situación me sentía débil, vulnerable, estúpida... mientras trataba de contener esas lágrimas y aparentar a toda costa una normalidad artificial, mostrando en casa que todo iba bien cuando en realidad en mi interior todo parecía ir mal, algo me estaba asfixiando por momentos.

No puedo más!!! No puedo más!!!! Se repetía una vez más en mi mente mientras trataba de hallar solución a lo que me estaba pasando y que en realidad no era más que una gran incógnita. ¿Cómo solucionarlo entonces?

¿Volvía a fingir esa normalidad que no sentía y que cada vez me cuesta más de representar?

Sabía que tenía que volver a ponerme en pie, aunque los sentimientos me desborden porque ya no hay tapa que los retenga y salen a borbotones ahogándome de alguna manera, estoy más triste que de costumbre, mis niveles de ansiedad también son mayores... y no sé que hacer puesto que ya tomo medicación para ello, pero parece que últimamente ni siquiera eso es suficiente o actúa tan solo de modo intermitente.

El jueves por la mañana me levanté y me ceñí a mi lista de tareas, sin excusas, con ganas o sin ellas tengo que empezar a moverme para no quedarme encerrada en mi burbuja dejando que el dolor me carcoma. Fui a ver a alguien a quien hacia bastante tiempo que no veía porque me dedicaba a retrasar el momento "ya iré" "de la semana que viene no pasa" e iban pasando los días, hasta que este jueves no me di una tregua, no alargue el plazo. Estuvimos hablando de todo, me encontré muy a gusto como si no hubiese pasado el tiempo. Después de la visita me encontré mejor, me alegré muchísimo de verla.

Por la tarde llovía y los pensamientos entremezclados y dañinos comenzaban a hacer acto de presencia, así que cogí mi paraguas y me fui a cambiarme el mvl con los puntos que tenía, el otro me traía demasiados recuerdos (de quien me lo regaló) cada vez que lo miraba y pensé que lo mejor era pasar página. El paseo también me hizo un bien y la tarde pasó más rápido.

El viernes por la mañana estaba completamente desanimada y después de comer casi no podía contener el llanto así que me aislé en mi habitación me metí en la cama y me cubrí por completo con las mantas. Todo se tornó oscuridad y silencio, un silencio necesario en ese momento... estaba en un diminuto espacio en el que apenas podía respirar pero me sentía tranquila, en paz conmigo misma... como si por un momento el mundo y los problemas hubiesen desaparecido. Sin darme cuenta me acabé durmiendo y al abrir los ojos la oscuridad también pareció esfumarse, no me encontraba bien pero si mucho más serena.

Esa noche salí a cenar con mis amigas (no cené demasiado porque me cuesta comer con gente), fue una noche en la que pareció condensarse todo lo que sucede en la vida. Hablamos, reímos, bailamos, bebimos, ligamos, disfrutamos, lloramos (más bien lloré), me desahogue como hacía mucho que no lo hacía, mi estado anímico estaba latente y el alcohol hizo el resto. Por suerte había alguien ahí para escucharme, para ayudarme a descifrar lo que esos días atrás me había estado abrasando y no sabía definir... no soporto que me vean llorar pero lo necesitaba tantoooo que era inevitable, necesitaba tanto soltar un poco de lastre y liberarme aunque fuese de un pequeño peso. En ese momento me sentí realmente afortunada por no estar sola, porque no pusiera el grito en el cielo al ver lo que vio (en circunstancias normales no lo habría visto) y al escuchar lo que escuchó. Después aunque tardé un ratito logré recomponerme y seguir con la tónica de la fiesta para no aguarsela a nadie más y empecé a encontrarme algo mejor.

El sábado con resacón incorporado tocó sesión de cine con mi hermano (no quería o mejor dicho, no debía quedarme en casa), siempre lo he tenido ahí y aunque de un tiempo a esta parte hablamos más y nos llevamos mucho mejor... quiero poder hacer planes con él, que él esté a mi lado porque lo necesito y que sepa que yo también estoy ahí. La recuperación y los pasos de ambos me están llevando a conocer mejor a mi hermano y a ganar un HERMANO en mayúsculas. A veces no es necesario hablar para hacer algo realmente grande por la otra persona y a mi personalmente desde el silencio me está demostrando mucho, me hace sentir que realmente está ahí con una simple mirada, un gesto, cuando se queda conmigo cenando porque sabe que sola me cuesta más...

Hoy domingo sesión de caminata y después estudio, estudio y más estudio... necesitaba ponerme las pilas por todos estos días en los que mi nivel de concentración era nulo. Ahora no es que esté para echar cohetes pero al menos me entero de lo que leo.

Así que se puede decir que este fin de semana he dado unos pequeños trazos de normalidad a mi vida y por lo visto no ha ido del todo mal.

Vuelvo a estar en una montaña rusa emocional pero tratando de hallar un poco de estabilidad.

Intentando espabilar...

Pd: Eso si, estoy haciendo todas las comidas como tocan.




martes, 1 de marzo de 2011

... Días extraños...


I got through this day but
I can't... Sometimes all I want is to disappear forever.


lunes, 28 de febrero de 2011

Sonreir


Y de repente un día descubres que las sonrisas sirven para muchas más cosas de las que podemos imaginar. Como por ejemplo para tapar esos agujeros que parecen no tener final y que surgen cuando las palabras se desvanecen en el aire dejando lugar a una especie de desierto repleto de silencios.

viernes, 25 de febrero de 2011

...


Indescriptible sensación la de echar en falta todo aquello que no soy.

miércoles, 23 de febrero de 2011

...



La linea- ECDL

Siempre sola abrazada al miedo,
escondiendo la vida al calor.
Tan esquiva a mostrar lo de dentro,
cerrando la ventana al exterior.

Tan sensible... te costaba aceptarte,
en ti siempre veias lo peor.
Solitaria, débil, pequeña y frágil.
El mundo no te supo dar amor.

Y esque existe una linea que es tan fácil
que el sensible la traspase,
y le coloque en lo peor.
Y esque vivir en esta vida siendo frágil
gustarte o no gustarte...
te da un sitio o tal vez no...

Y aceptar a la de enfrente del espejo,
fue siempre el momento peor.
Y levantarte y vivir cada día,
eso fue lo que más te costó

Y es que existe una linea que es tan fácil
que el sensible la traspase
y le coloque en lo peor.
Y esque vivir en esta vida siendo frágil,
gustarte o no gustarte...
Te da un sitio, tal vez no

Como duele no gustarse ni en sueños...
Vulnerable a cualquier situación.
Una carcel tu viviendo alli dentro
Presa, carcelera y prisión.

sábado, 19 de febrero de 2011

Me siento extraña


No sabría definir mis emociones en este momento... ni siquiera me siento especialmente mal, pero tengo ahí sin acabar de salir a flote un no sé qué...

He estado un par de días manteniendo un ritmo frenético, aumentando mi nivel de autoexigencia con el estudio e inventando cosas que hacer para no dejarme demasiado tiempo libre para pensar. Y en parte parece que funciona pero cuando llega la noche y las revoluciones del día bajan... aparece el insomnio, el centrifugado incesante en mi mente, las lágrimas que amenazan con salir y que asoman pero sin llegar a caer.

No me siento mal pero tampoco bien, estoy en un punto en el que no me había encontrado hasta ahora y me encuentro como desorientada, perdida, desubicada... son sensaciones y emociones que no conozco que me crean confusión y que no se exactamente como manejar y que ni siquiera sé de que frente abierto me vienen.

El miedo a engordar parece en algunos instantes más pequeño, aunque después llegue la noche y me cueste conciliar el sueño entre otros varios motivos porque no soporte el simple roce de ninguna de mis extremidades con el resto de mi cuerpo cuando noto como si una enorme capa de grasa lo recubriese a modo de una mullida almohada.

Empiezo a ver y a notar cambios en mi cuerpo que no me gustan, aunque por otra parte sepa que son necesarios y parte del proceso, necesitaré de tiempo (probablemente, de mucho tiempo) para acostumbrarme a ellos.

El miedo a comer también parece ir disminuyendo y ya apenas pago mis frustraciones, miedos, problemas y preocupaciones con la comida... aunque las ganas muchas veces estén presentes y se materialicen en pequeños actos casi reflejo. Simplemente intento ceñirme a la rutina alimenticia establecida sin preguntarme y cuestionarme demasiado las cosas, hacerlo porque lo tengo que hacer y porque en realidad por duro que sea quiero hacerlo. No me salto ninguna comida aunque aparezca más que a menudo en mis planteamientos el hacerlo.

El haber empezado a no recurrir a la primera de cambio a lo que todo este tiempo ha sido mi vía de escape hace que me cueste canalizar mis emociones de otro modo.

En cuanto al trastorno alimenticio, a mi modo de ver lo llevo bastante mejor (a pesar del tropiezo del finde pasado), pero a nivel social y a nivel emocional no puedo decir lo mismo... vuelvo a aislarme un poco más del mundo en general.

Llevo unas semanas intentando hacerme una lista de tareas diarias para ir cumpliendolas, organizar pequeños planes y salir aunque sea a tomar un café o dar una vuelta, en definitiva, tratar de obligarme a mi misma a no permanecer tanto tiempo en casa. Los primeros días funcionó pero ahora hay días en los que ni siquiera haciéndolo de ese modo funciona. Acabo anulando algunos de mis planes para acabar dando una vuelta sola con mis pensamientos cuando siento que me falta el aire o para quedarme en casa mirando la pantalla del ordenador, estudiando o viendo una película.

Hay días en los que necesito recluirme y aislarme, no es que no me apetezca ver a nadie, es que no quiero que me vean a mí. Hay momentos en los que me siento sin ganas, sin energía para moverme, sin fuerzas para dejar de esconderme en mi socorrida burbuja.





domingo, 13 de febrero de 2011

Soledad + tristeza = ...


... atracón nocturno para llenar el vacío y mitigar la soledad y vómito posterior para paliar la culpa.

Esta mañana mi madre se ha dado cuenta de que faltaba comida en la despensa, ha insistido varias veces en el tema pero yo he hecho como si no fuese conmigo. ¿Qué iba a decir? Si, fui yo quien la cogió para atracarme a oscuras y acabar frente al w.c vomitando todo aquello que siento que me ahoga?????

Han llegado los silencios incómodos, las falsas hipótesis que he inventado para librarme de su mirada acusadora plagada de impoténcia.

La conversación se ha cerrado con un: Bueno... pues ahora parece resultar que la comida desaparece sola. Y ambas hemos continuado con nuestro rutinario domingo como si la "conversación" no hubiese tenido lugar.

A veces es mejor cerrar los ojos y sellar los labios para que se haga menos duro continuar caminando hacia delante y mucho más cuando las cosas parece que poco a poco empiezan a mejorar.

Después de la tormenta llega la calma... Un tropiezo nunca es una derrota pues siempre viene a demostrar algo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Me siento extraña pero sigo en pie.

Noche de dolor de cabeza, llanto, dudas, pensamientos entremezclados...

Ganas de construir un universo paralelo que constase solo de cuatro paredes en las que refugiarme, unos cuantos libros, un ordenador donde poder escribir, un cuaderno de bocetos, una TV, un DVD y una colección de películas para ver... en definitiva, ganas de aislarme del mundo exterior.

Un día extraño, una mala noche... pero a mí eso no me tumba. Hoy continuo sintiéndome extraña, el dolor de cabeza perdura pero lucho por permanecer en pie porque tengo motivos para ello a pesar de mis bloqueos, de mis miedos...

Siento que engordo y odio esa sensación, me odio por comer pero también me odio por no hacerlo. He pasado de comer un par de veces al día a hacer 5 ingestas así que en parte considero que es normal que aparezca esa ambivalencia constante, esa necesidad de adelgazar pero al mismo tiempo no querer dar pasos atrás porque cada paso hacia delante, hacia la recuperación me ha costado y me cuesta un mundo. Ese deseo de arrancar de mi cuerpo como sea toda la capa de grasa que cada día siento que se posa en mi cuerpo y que en realidad no es más que la necesidad de tapar todos mis miedos...


...Miedo a fracasar.
- A no evolucionar.
- Miedo a no estar a la altura ni de las circunstancias ni de las expectativas.
- Miedo a no conseguir aceptarme.
- Miedo a no conseguir mis metas.
- A perder lo que ahora siento que tengo... porque cada vez que he sentido que tenía algo se ha acabado desmoronando cual castillo de naipes, o se ha ido, o ha desaparecido, o lo he echado a perder... Nada perdura y no me hago a la idea.
- Miedo al futuro, a conformarme con mi mediocridad.
- Miedo a sufrir y a hacer sufrir.
- MIEDO A VIVIR.


Miedo, miedo... MALDITO MIEDO!!!! El miedo nos pone en alerta y es un sistema adaptativo pero cuando condiciona cada paso que das, no es más que una cadena que nos ata, nos oprime, nos paraliza y en consecuencia nos impide avanzar. Y en mi caso es una enorme cadena con un candado del que no encuentro la llave.





Cambiemos nuestra forma de vivir,
vivamos sin pensar qué pasará,
miremos al mañana sin oir,
las voces deprimentes,
gritando en nuestra mente.




El tiempo es un regalo sin abrir
la historia la que tú quieras contar. *Indras*








miércoles, 2 de febrero de 2011

Todos necesitamos de alguien que...


- Celebre sinceramente cada uno de nuestros logros.
- Que quiera acompañarnos tanto en los momentos fáciles como en los difíciles.
- Que sea capaz de respetar nuestro tiempo y nuestras elecciones.
- Que disfrute de nuestra compañía sin pretender ponernos en la lista de sus posesiones.
- Alguien por quien nos sigamos sintiendo queridos aun después de esos momentos de discusión o enfado.
- Alguien cuyo bienestar nos siga importando incluso en el caso de que decida tomar en su vida un rumbo que le separe de nuestro camino.
J. Bucay.



La libertad es la capacidad de decidir dentro de lo posible aun a riesgo de equivocarme. Decidir supone ser consecuente con nuestra elecciones, asumir riesgos... Puede que tomemos decisiones equivocadas pero de los errores se aprende, además si nos quedamos paralizados y no asumimos estos riesgos dificilmente nos equivoquemos, difícilmente tropecemos pero... lo que es seguro es que tampoco avanzamos.

Muchas veces no podemos elegir lo que nos pasa, pero siempre podemos elegir cómo actuar frente a lo que nos ocurre. Madurar para mí significa aprendizaje continuo de las vivencias que van apareciendo en nuestro camino, capacidad de decidir por nosotros mismos, ser conscientes de lo que queremos y luchar por ello, tratar de ser cada día mejor pero sin caer en la búsqueda de un imposible (la perfección), ser consecuentes, conscientes y sobretodo hacernos responsables de nuestras propias decisiones.

No se puede retroceder al pasado y borrar cada paso mal dado, así que lo mejor es que dejemos de machacarnos por ello. Porque mirar todo el tiempo hacia atrás nos impide muchas veces caminar hacia delante. Y ese debe ser el objetivo primordial de nuestra vida dar pasos que nos ayuden a avanzar. Hay que aceptar y ser consciente de que muchos de los hechos de nuestra vida son una consecuencia deseada o no de algunas de nuestras decisiones también acertadas o no. Por lo tanto no todo es cuestión de casualidad, destino o mala suerte, algo que escapa a nuestro control y que no está en nuestra mano modificar si no que la solución a muchos de nuestros problemas está en nosotros mismos y ahí si que podemos hacer algo, por lo tanto aún hay esperanza.

Veo como avanzo aunque aún queda algo que me frena, que me pone la zancadilla para que caiga... Pero a pesar de ello sigo con la mirada fija en el camino que he decidido transitar. Cada día intento hacer las cosas mejor que el día anterior. Valoro cada intento de ayuda que se me ha ofrecido y que se me ofrece, cada palabra que se me ha dicho a lo largo de todo este tiempo y quizás no supe extraer todo el jugo que podría haber obtenido me sirve ahora de impulso para no dejarme vencer.

Ya no me centro solo en todo lo malo que me ha pasado y que me pasa. Cada día antes de dormir anoto en mi libreta todas las cosas positivas que me han ocurrido a lo largo del día aunque sean esas pequeñas cosas cotidianas. Hay días en los que me ofusco y me cuesta encontrarlas pero cuando por fin lo hago se despierta en mi una sonrisa. Porque no es tan importante lo que te sucede como la forma en la que lo vives. Muchas veces aquello que vemos como una montaña inmensa imposible de escalar a base de esfuerzo podemos comprobar como al final se convertirá en un minúsculo montículo que podremos atravesar de un simple salto.

Trato de vivir el presente lo mejor que puedo, trato de vivir aquello de lo que me he estado privando todo este tiempo... Hay cosas de mi presente que me gustan, cosas de las que disfruto... Aunque sigue quedando camino por transitar hasta que encuentre mi punto de estabilidad y serenidad.

Me estoy labrando mi futuro porque quiero tenerlo, estudio lo que me gusta y lo disfruto... Mi historia pasada está escrita y ahora quedará plasmada en papel para recordarme como fue, en lo que me convertí y hasta donde he llegado a caer. La finalidad: tratar de evitar volver a cometer los mismos errores. La escribo y hay muchas cosas que veo como lejanas cuando en realidad no hace tanto de ello, duele recordar pero al mismo tiempo también siento como con cada palabra que dejo escrita voy liberándome lentamente de las cadenas que durante tantos años me han amarrado, cada palabra me ayuda a dejar de aferrarme al pasado y es un paso hacia delante. Como ya he dicho mi pasado ya está escrito pero mi futuro está por escribir y en mi mano está la pluma para hacerlo.

martes, 18 de enero de 2011

Hoy digo basta


Ayer estaba tan cansada... Me sentía agotada física y psicológicamente, aunque predominaba el cansancio físico. Me notaba pesada, si no fuera por el insomnio que arrastro hubiese caído rendida sobre el teclado en ese mismo instante.

Notaba la pesadez en mis párpados, mis piernas flojeaban, ese maldito temblor en mis manos, notaba mis movimientos como ralentizados, como si me envolviera una espesa nube... mi estómago estaba saturado. Merendé, no tuve opción (es una condición que acepté en su momento) y por muchos bocados que pegaba aquello parecía no tener fin, lo intentaba pero no me entraba. Daba la sensación de no acabarse jamás. Con cada bocado se iban despertando mis ganas de vomitar pero no tenía opción, allí no.

Quería salir de allí y caminar lo más rápido posible hacia cualquier lugar donde pudiese librarme de aquel peso. Mientras, en mi cabeza se entremezclaban las ideas: "intentaré no cenar, después me purgaré, esta noche haré algo de ejercicio para tratar de quemar las kcal que mi organismo rechaza, mañana no desayuno... " (Finalmente he conseguido no caer en ello) Esa maldita voz está siempre en guardia, esperando volver a derribarme. Pero esta vez no se lo voy a permitir, ya no... Hoy he dicho basta he de ser más fuerte que ella e ignorarla porque es el único modo de que pierda esa fuerza que yo misma he dejado que fuese adquiriendo, fue creciendo mientras yo la alimentaba. Pero se acabó, quiero que se harte de ser ignorada y se vaya.

Pero cada día hay que comenzar de nuevo en esa ardua tarea... y eso agota y muchooooo.

Quiero dejar de medirme en kilos. Trato de aprender a manejar mis emociones o al menos a permitirme sentirlas para no volver a necesitar de mi dañino refugio... miedo, tristeza, soledad, alegría. Algunas veces siento que me desbordan, pero están ahí y he de comenzar convivir con ellas.

Ya no recuerdo que es comer sin planificar cada detalle, sin contar las calorías que se adentran en mi cuerpo con cada bocado, sin tocar mi barriga, mis piernas, los huesos de mis caderas para decidir si merezco comer o no, o si será necesario acabar purgándome. Normalmente la respuesta es que no merezco que cualquier cosa que me alimente entre en mi organismo. Así que estoy tratando de aprender a hacerlo de forma mecánica, comer porque tengo que comer... aunque los números de las calorías de cada alimento retumben en mi cabeza y a veces me sigan venciendo.

Anoche me acosté con una idea clara: Hoy no desayunaría, lo tenía fácil, mi madre no iba a estar en casa así que tenía vía libre. Pero al despertar me he dicho a mi misma que no puedo continuar así por más tiempo, que el agotamiento que arrastro es debido a esta lucha constante, a los vaivenes que no cesan. Para facilitarme de algún modo las cosas me he levantado antes de que mi madre se fuera para no caer en posibles tentaciones de evitar el desayuno o acabar tirándolo para fingir que si que había comido. Me he servido una taza de cereales con leche y he desayunado, el sentimiento de culpa estaba ahí, las ganas posteriores de vomitar también pero NO LO HE HECHO.

De momento el marcador de hoy está así: Yo (1 point)- enfermedad (0 points)

viernes, 14 de enero de 2011

Felicidades cariñet

Primi, muchísimas felicidades cariño!!!!!! Que decirte que no te haya dicho ya, que la familia no se elige pero me siento realmente afortunada de tener la suerte de que formes parte de la mía. Te quiero muchísimo. Hemos vivido muchas cosas juntas y las que nos quedan... Que tanto para lo bueno como para lo malo puedes contar conmigo y yo sé que puedo contar contigo, porque siempre me lo has demostrado.

Siempre has tratado de comprenderme, de animarme, de ayudarme... y sobre todo siempre te has preocupado por saber realmente como me sentía, que es lo que pasaba por mi mente sin prejuzgarme, sin sacar conclusiones anticipadas, has respetado mis silencios y has leído y escuchado mis mil y una paranoias. Siempre has sido la única en comprender mis sentimientos sin obcecarte en lo superficial de un peso, me has ayudado a ver cuando no veía pero siempre con cariño. Fuiste la primera en hacerme sentir lo que es un verdadero abrazo y dejé de sentirme tan sola dentro de mi burbuja. Vales millones y cualquier palabra quedaría corta para describirte porque simplemente eres increíble.

Porque sólo mereces cosas buenas y espero que este año te empiecen a llegar a borbotones, porque ya va siendo hora. Que te admiro por tu capacidad de levantarte después de cada golpe, por tu entrega con los demás, por luchar como una jabata contra viento y marea.

Como puse en el face la vida nos puede derribar una y mil veces pero está en nuestra mano el volver a levantarnos. Y nos levantaremos las veces que haga falta y si en el algún momento nos sentimos cansadas y se nos ocurre quedarnos en el suelo y tirar la toalla siempre habrá una mano que nos dé el empujón necesario para volvernos a levantar. Porque como tú me dijiste en su día, si en algún momento te sientes caer yo tendré una cuerda preparada para que te aferres a ella mientras yo te sujeto fuertemente para no dejarte caer.

Espero que pronto las cosas se encuentren serenas y nos vayamos de fiesta y nos peguemos un buen bailoteo en la tarima que se echa de menos una noche de las nuestras, que me tienes que volver a deslumbrar con tus capacidades de flexibilidad. Que eres una crack!!!!

Que me tienes para lo que sea, en cualquier momento y a cualquier hora ;)

*Vivir aunque el camino se derrumbe frente a mí yo sigo y no me rendiré, siempre contra el viento aquí aferrada a lo que siento salvaré trocitos de mis sueños*

Que pase lo que pase nunca dejemos de soñar, porque muchas veces son los propios sueños los que dan color a nuestra vida, soñemos aunque mantengamos los pies sobre el suelo.

Te quiero!!!!!!!


Pd: Cuando tenga 10 añitos más quiero estar como tú de guapa!! Pago por ello.



martes, 11 de enero de 2011

Presa, carcelera y prisión


Para evitar sufrir, para alejarnos de la realidad que resulta dolorosa cerramos los ojos con fuerza para no sentir la total intensidad de los golpes que nos llegan. Nos obligamos a mantener los ojos cerrados para no ver lo que hay ante nosotros, para no ver absolutamente nada... Cubrimos nuestros ojos para adentrarnos en una oscuridad pactada que nos lleva a una fantasía que ansiamos que se convierta en nuestra realidad deseada.

Sellamos nuestros labios para no expresar, para mantenernos callados y no molestar, no preocupar o simplemente por la incapacidad de decir con palabras aquello que sentimos que nos abrasa y consume por dentro, por el pudor que sentimos al desnudar nuestra alma.

Cubrimos nuestros oídos porque hay cosas que no queremos escuchar, las verdades duelen e incluso asustan. Sobre todo cuando tú ya tienes una imagen muy formada de tu verdad. Asusta ver como tu visión es totalmente opuesta a la de los demás, asusta darse cuenta de que vives en una realidad distorsionada y que tus ojos por más que lo intentes sólo ven lo que quieren ver, lo que necesitan ver para tener algo a lo que aferrarse... para que tu cuerpo continúe consumiéndose junto con tus ganas frente al espejo y a pesar de ello sigues sumergida en esa burbuja de irrealidad que no te permite ver nada de eso. El reflejo que te devuelve el espejo es siempre el mismo, nada cambia ante él... Odias al espejo pero en realidad te odias a ti misma. Quieres ver lo que los demás pueden ver pero ni tus ojos ni tu cabeza te lo permiten.

Y llega la necesidad incipiente de huir, de dejar todo eso atrás... pero por cada paso que das en la dirección correcta, la parte insana se encarga de atraerte de nuevo hacia ella, intentando convencerte de que es lo único que tienes, si dejas de aferrarte a los kilos, a las kcal y a todo lo demás no te queda nada, no eres nadie. Son tantos años, que se ha convertido en mi vida y aunque es una vida que quiero dejar atrás no puedo soltarme de ella con la facilidad que me gustaría porque me aterra desprenderme por completo de ella... por eso siempre dejo un resquicio, una puerta abierta que me aporte la seguridad de que sigue estando ahí la posibilidad de volver a sumergirme con ella hasta lo más profundo si así lo necesito. Me alejo pero no lo suficiente como para lograr soltarla y es así como me quedo a medio camino... mientras dos fuerzas contrapuestas (la parte sana y la enferma) luchan entre si, la necesidad de recuperarme y vivir de verdad y la seguridad de lo que ya conozco, el muro de protección que me aporta la enfermedad más allá de todo lo negativo que conlleva continuar enferma.

Quiero correr, desearía poder volar, alejarme de todo y batir las alas con tanta fuerza que por un momento lo único que escuchase fuese el latido de mi corazón.

sábado, 8 de enero de 2011

Haciendo equilibrios pero caminando hacia delante

Me he propuesto que este año sea mi año 1, año de cambios (espero que para bien) y hora de empezar de nuevo, no desde cero porque ya tengo parte del camino recorrido, pero si es hora de un nuevo comienzo. Retomar el rumbo, empezar proyectos que puede que me lleven a alguna parte o tal vez no, pero de todos modos de lo que si estoy segura es que el proceso será un modo de aprendizaje. De momento recuperar viejas aficiones me está ayudando a reconocerme de nuevo, a empezar a encontrarme a pesar de lo perdida que me encontraba, a volver a ilusionarme haciendo cosas que por estar tan perdida y tan metida en la enfermedad, en mi mundo, había dejado de hacer e incluso había olvidado todo lo que me aportan, el bien que me hacen... Estoy empezando a recuperar una parte que tras estos años sumergida en una espiral de autodestrucción había acabado desprendiéndose de mí como si jamás hubiese existido.

Hace unos meses en lo único que pensaba era en morirme puesto que estaba cansada de todo y no veía solución posible ni un futuro viable. Solo quería que todo acabase cuanto antes para poder al fin descansar. No sabía lo que quería, puesto que en realidad no quería nada para que iba a esforzarme en hacer planes de futuro si ese futuro no lograba visualizarlo y ni siquiera lo quería y a mi modo de entender no iba a tener lugar. No veía nada, solo vacío. Lloraba cada noche, cuando despertaba por la mañana me maldecía por tener que vivir ese nuevo día. Dejaba los días pasar y no hacía nada... pensaba que mi vida iba a ser siempre eso, dejar los días pasar hasta que al fin todo acabase.

Ahora el trastorno alimentario sigue estando presente en mi vida, siguen habiendo fechas en las que se me hace realmente duro no caer y acabo cayendo, siguen desbordándome algunas cosas y problemas que escapan a mi control y me continuo refugiando en lo "fácil" (pero ya no como antes), en lo que por un momento me aleja de la realidad y alivia mi malestar aunque sea de un modo efímero porque los problemas no se van. Escapar de ellos, cerrar los ojos y huir no hacen que desaparezcan... cuando abres los ojos continúan ahí y antes o después toca mirarlos de frente y afrontarlos. Cada vez abro los ojos antes y cada vez despierto de mi letargo con mayor celeridad porque la vida no espera y ya he ocupado demasiado tiempo de la mía en hacerme daño.

Hay días que son realmente duros pero también empiezo a ver y valorar los días que valen la pena, empiezo a relativizar, a priorizar... Me cuesta y mucho dar a cada cosa la importancia que tiene ni más ni menos pero estoy en ello.

Sobretodo pienso en el presente pero también le doy cabida al futuro, empiezo a saber que es lo que quiero, aunque a veces me siento desbordada porque no se por donde empezar para poder llegar a todo y hacerlo lo mejor posible. Asimismo también sé que es lo que no quiero, que cosas están fuera de lugar en mi vida... tengo que desechar todas esas cosas que de forma directa o indirecta me hacen daño. Hay mucho trabajo por delante pero poco a poco empiezo a ver resultados de los esfuerzos propios y de la ayuda que se me ha estado brindando durante todo este tiempo y me sirve para seguir hacia delante a pesar de las dificultades. Porque todos esos esfuerzos no han sido en vano.

Antes me dejaba caer y caía hasta lo más profundo y me quedaba allí abajo esperando no sé muy bien el que y así pasaban los días, las semanas y yo seguía en las profundidades sin hacer nada o utilizando la ley del mínimo esfuerzo para calmar mi conciencia pero nada más, en verdad no tenía fuerzas ni ganas de salir del todo de allí ¿para qué? ¿qué me esperaba fuera? Vacío, soledad, tristeza, fracaso, frustración, impotencia... Eso ya lo tenía allí abajo no merecía la pena salir para encontrar lo mismo pero multiplicado. Porque cuando me refugio en la enfermedad me refugio al mismo tiempo en una soledad buscada pero ahí fuera el sentimiento de soledad se hace más fuerte porque deja de ser una soledad buscada para pasar a ser una soledad real, y como duele!!!!! Por muy rodeada de gente que estés llega un momento en el que se produce un apagón y todo se queda a oscuras, no ves nada ni a nadie, estás tú sola en una guerra que parece no tener final y te planteas que quizás esa guerra ya está perdida y no hay nada que hacer, que tal vez sea mejor tirar la toalla y dejar que lleguen los golpes hasta que llegué ese último golpe que es el que con un poco de suerte otorgue la libertad tan anhelada.

Pero de pronto algo en tu cabeza hace clic, a pesar de todo sigue habiendo gente que confía en tí y las cosas parecen que empiezan a cambiar y vuelven las ganas de levantarte del suelo y volver a combatir con todas tus fuerzas. Ahora hay momentos de oscuridad que nublan mis pensamientos pero son eso, momentos o quizás algún día suelto... Pero ahora quiero VIVIR (en mayúsculas), quiero sentir, quiero hacer cosas, quiero volver a ser yo, quiero poder mostrarme como soy, darme esa oportunidad de conocerme de verdad y dar la oportunidad de que los demás también puedan conocer mi yo sano. Quiero conseguir aceptarme.

He retomado los estudios y estoy ilusionada con ello porque siento que por fin estoy haciendo algo por mí, por tener la vida que siempre he querido vivir y que me he negado todos estos años por sentirme incapaz, por haber perdido la ilusión... pero ahora la ilusión ha vuelto y quiero intentarlo. Aunque ya lo sabía, he podido comprobar que me encanta trabajar con niños, me hace sentir bien, me han devuelto la sonrisa, me han devuelto las ganas... Cuando estoy con ellos mis problemas se esfuman. Me han hecho recordar la inocencia, la energía y la ilusión que se tiene cuando se es niñ@.

He vuelto a dibujar, cosa que me apasiona desde niña y que a pesar de ello había olvidado junto con mis láminas y pinturas en un cajón. Había olvidado lo que me relaja, lo que me distrae plasmar en un papel aquello que me sugiere cada instante.

Estoy escribiendo, creo que es lo que más me apasiona en esta vida... estoy dándole forma a algo y expulsando ciertos fantasmas que quedan en mi interior a través de las palabras que fluyen libremente por mis manos para acabar plasmadas en un papel que es donde deben estar para poder desterrarlos de una vez de mi vida. Me estoy tomando tiempo porque llegar a ciertos puntos me cuesta y de vez en cuando necesito respirar para poder continuar.






domingo, 12 de diciembre de 2010

Hasta pronto


Me despido por un tiempo, no sé cuanto tiempo será, ni siquiera sé si volveré... pero quiero llevar a cabo proyectos en la vida real y ello supone mucha dedicación y he de prescindir de ciertas cosas para ello y en este caso creo que lo mejor es que prescinda del blog por el momento, no quiero tener que venir aquí y acabar escribiendo con prisas palabras que suenen vacías y sin sentido por no poder disponer del tiempo suficiente para buscar dentro de mí y dejar que las palabras que resuenan en mi cabeza fluyan a través de mis manos.

Me gusta hacer las cosas lo mejor posible y sé que ahora mismo continuar con el rítmo que con el que llevado el blog y esperar que siga teniendo un mínimo de calidad es imposible... por lo tanto no me marcho del todo, pero pasará un tiempo prudencial entre entrada y entrada... Sólo escribiré cuando de verdad tenga algo interesante que decir. Mientras tanto trataré de mantenerme con los pies en el suelo y luchar por mantenerme a salvo e ir consiguiendo cosas en el mundo real. La realidad está ahí fuera... Aquí no me queda mucho más que decir.

Espero que os vaya genial y sobretodo que os cuideis muchooooo!! Un abrazo enorme, ha sido un placer compartir con vosotr@s pequeños retales de mi vida, subidas, bajadas, caídas...

sábado, 11 de diciembre de 2010

Haciendo balance

- Casi un año sin matarme a hacer ejercicio por las noches mientras todos dormían.
- Meses sin usar laxantes.
- Meses sin hacer fotos a mis huesos para analizarme y autocriticarme.
- Vomitos cada vez más espaciados, hay semanas que ni siquiera recurro a ellos.
- He pasado de pesarme varias veces al día a no pesarme.
- Me he vuelto más reflexiva.
- Estoy tolerando las meriendas (cosa que no hacía desde hace 8 años)
- Me sigo saltando alguna comida, restrinjo y me privo de otras pero no cada vez que tengo la posibilidad de hacerlo.
- Por lo general me noto más tranquila, aunque mis altibajos emocionales siguen estando más que presentes e influyen en mi punto débil, la comida.
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¿Mejorando? Yo creo que sí, al menos conductualmente en cuanto a alimentación se refiere, aunque hay días que me lo hacen poner en duda. Los fines de semana todo se suele poner de nuevo del revés y el hecho de que se acerquen las Navidades me aterra...
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No es un mal balance después de todo, al menos los síntomas continuan reduciendose, con lo cual la punta del iceberg es cada vez más frágil, lo malo es que sale a la superficie todo lo demás... pero en fin es lo que hay.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Desconfia de tus ojos

Me levanto de la cama, tomo mis pastillas multicolor para sumergirme en una relativa tranquilidad y en una nube practicamente de indiferencia. Voy al cuarto de baño y me desnudo frente al espejo. El viernes no lo resistí más y me pesé en casa de una amiga, 45 kgs. Miro mi reflejo y paso mi mano por mis clavículas afiladas, mi pecho está plano y casi hueco. Desciendo mis manos hacia mis costillas y voy contándolas una a una, mi barriga en cambio parece abultada y los huesos de la cadera aunque se adivinan bajo la piel ya no se notan tanto como antes. Curvo mi espalda y veo como cada una de mis vertebras forman una línea perfecta como si fuesen canicas alineadas.

Después de repasar mi anatomía para cercionarme de que todo sigue en su lugar. Me dirijo a la cocina a "prepararme" el desayuno. Me sirvo un vaso de leche que acaba por el fregadero y cojo una napolitana que acabo envolviendo y guardando en mi cuarto. A vista de todos he desayunado, asique todos contentos, pero en realidad mi estómago está vacío, necesitaba sentirlo así aunque solo fuese una vez más. Sólo por esta vez...

Estoy enfadada conmigo misma, me cabrea matar de hambre a mi organismo, me exaspera pasarme las tardes muerta de frío tiritando en mi cama en lugar de salir a cenar como una persona normal, donde sea menos en casa... Es decir hacer todo aquello que me sigo perdiendo. Estoy realmente enfadada conmigo por preocupar a la gente que me importa y no poner fin a este círculo vicioso.

La idea de comer me sigue asustando, cada cosa que me llevo a la boca supone un reto para mí, un reto que puedo conseguir y que voy consiguiendo, pero no puedo dejar de pensar en que engordaré más y más. Quiero llegar a comer como una persona normal sin que me venza la culpa con cada bocado, quiero poder llegar a permítirme ciertos caprichos con la comida... pero esos caprichos se posan en mi cuerpo en forma de grasa y prefiero seguir privandome de ellos.

Cuando trato de comer con relativa normalidad siempre está esa dichosa "voz" en guardia dispuesta a derribarme y a hacerme sentir culpable. Y esa culpa en varias ocasiones me vence y se convierte en purga posterior. Cada vez que tengo el plato de comida frente a mí vuelve la ansiedad y como, me obligo a comer porque es lo que todos esperan que haga, porque no quiero seguir escuchando "me tienes harta" "vamos para atrás, creo que estas volviendo a adelgazar" "llevamos ya mucho tiempo así" "come, come, come"... lo hago lentamente para que vaya pasando el tiempo y después me siento como si hubiese aumentado 4 o 5 kgs de golpe. Sé que no es real que no se aumenta de peso en cuestión de minutos pero yo lo tengo asociado así, como y al instante siguiente ya me siento y me veo más gorda, no como y me siento ligera, vacía, más delgada... Aunque es obvio que por saltarme una comida tampoco bajo de peso. La mente es complicada y tiene muchos entresijos difíciles de comprender.

Nadie es capaz de explicarme porque mis ojos no ven como los demás, realmente no sé como soy. Porque si lo que yo veo es fruto de la distorsión y no es real ¿Cuál es la realidad? ¿Cómo soy? No quiero que nadie me lo explique, porque sigue sin entrar en mi cabeza. Quiero verlo por mí misma, quiero mirarme al espejo y poder decir: Vale, esa soy yo y estar segura de que la imagen que me devuelve mi reflejo es la real.

Y por las noches esos "murmullos" que se cuelan en tu cabeza cuando la penumbra de tu habitación da rienda suelta a todos tus fantasmas y te gritan que eres una fracasada, que nunca conseguirás nada, que eres una decepción constante para todos... Y vomitas, te mueres de hambre, te cortas... Y lo haces porque necesitas un anestésico que calme todo lo que se remueve por dentro, todo lo que duele. Y el anestésico parece que funciona, puede que durante un rato pero después ese anestésico se acaba convirtiendo en tu peor enemigo y cuando te quieres dar cuenta ya es tarde. Porque ya no eres tú la que controlas, tú no controlas nada, te roba tu alma, tus ilusiones, tus amigos, tu vida, te lo quita todo... Y solo te queda ese maldito anestésico cada vez más necesario porque cada vez hay más dolor. Sabes que es una forma lenta de matarte pero por alguna extraña razón aunque quieres parar sientes que no puedes.

Te miras al espejo y pareces un triste fantasma, las ojeras ya forman parte de tí, al igual que la palidez de tu rostro, tus ojos parecen vacios... tu cuerpo esta presente pero por dentro te sientes más muerta que viva. Oyes gritar a tu corazón que pide ayuda y miras a tu alrededor y otra vez ves todo ese caos que te envuelve, ese caos que generas... Ves que lo poco que queda en pie se tambalea y si ello cae, entonces si que será todo, absolutamente todo lo que esté mal.