No quiero mirar... pero veo.
No quiero sentir... pero siento.
No quiero pensar... pero no puedo dejar de hacerlo.
Después de 5 días de encierro voluntario en mi casa sin pisar la calle para nada, después de 5 días de reflexiones, de tropiezos, caidas, bajones, ganas de tirar la toalla... Hoy me siento con fuerzas, no sé cuanto durará pero creo que es justo que igual que hablo aquí de los malos momentos, de la soledad, de la tristeza... hable también de los momentos en los que aparece un ápice de calma.
He estado 5 días practicamente aislada del mundo pasando gran parte del tiempo en la cama o simplemente vagando por mi casa deseando que pasen pronto estas fechas que no soporto y que me hacen sentir tan vulnerable. Pero hoy me siento diferente, con energía para volver a la carga, me siento fuerte para seguir luchando. Adoro esa sensación.
Mañana ya se verá, pero hoy soy capaz incluso de disfrutar de las pequeñas cosas y quiero aprovechar al máximo esa sensación sin pensar en lo que durará: una mirada, una sonrisa sincera, una muestra de cariño... HOY ME LLEGAN Y ME LLENAN.
Quiero seguir disfrutando de esas pequeñas cosas, pequeñas cosas que en determinados momentos pueden ser tan grandes... Ver una película en familia y de verdad disfrutar de ese momento, desayunar en una cafetería con mi madre sin parar de hablar un instante y sentirme tan tranquila y tan cómoda en ese momento que en ese intervalo de tiempo dejan de importarme las kcal que entran en mi cuerpo...
En este camino hay tropiezos, caidas... pero en cada una de ellas cojo el impulso necesario, recojo los pedazos que han quedado, intento encajar las piezas y me vuelvo a levantar con más fuerza si cabe para continuar caminando hacia delante. Siempre hacia delante, pa'trás ni pa coger impulso. Puede que mis pasos sean pequeños y lentos, pero prefiero caminar lento y sobre seguro para que mis pasos sean firmes y poder llegar a buen puerto. No quiero precipitarme, correr demasiado, caerme antes de llegar a la meta y que la caida sea tan brutal que no consiga volver a levantarme.
Hoy he escuchado una estadística, no es más que eso, una estadística y como tal van cambiando constantemente y en mi opinión no son del todo fiables, pero bueno... ahí va:
- El 50% de las personas que sufren un TCA se recuperan (¿Por qué no voy a poder llegar yo a estar entre ellas??)
- El 25% mejora notablemente pero sufren secuelas tanto físicas como psicólogicas.
- El 2% acaba en suicidio. (Me niego a acabar así)
-Y el resto acaba cronificandose o no llega a diagnosticarse (También me niego en rotundo a vivir toda mi vida con esto a cuestas)
* Solo quiero pasar página y empezar de nuevo*
Pero... ¿es un final o un comienzo? Sé que depende de mí que la balanza se incline hacia una de las dos opciones pero no confío en mi capacidad para decantarme por la más adecuada y mucho menos para mi capacidad de actuar de un modo consecuente con la determinación que escoja.
Ha finalizado algo muy importante para mí (mi trabajo) algo que me ha hecho reir, llorar, cabrearme... en definitiva, algo que de verdad he VIVIDO como hacía mucho que no lo hacía, quizás muchas veces demasiado intensamente, pero lo importante es que lo he vivido y ahora ya desde fuera tan solo quiero llevarme lo bueno(en realidad es lo que ha predominado casi hasta el último momento), llevarme lo malo tan solo me haría daño asique prefiero aparcarlo en el olvido y cada cual que siga su camino.
Ahora mismo tengo la sensación de que se acaba de cerrar una etapa de mi vida. Supongo que ahora me toca empezar un nuevo capítulo. Y duele, pero más que doler asusta. Los cambios suelen dar miedo y la incertidumbre de no saber hacia donde me llevarán mis pasos a partir de ahora me aterra.
Soy consciente que cada paso que he dado, que doy y que daré serán condicionantes para un futuro, que quien llegue a ser el día de mañana dependerá de las decisiones que tome "hoy". Y me presiono, me agobio, me exijo... y parece que no llego a ninguna conclusión, quizás porque no tengo demasiado claro lo que quiero pero lo que si sé es lo que no quiero, no quiero quedarme atrapada y que mi futuro sea igual que mi presente, no quiero que pasen más y más años y encontrarme en el mismo punto o incluso poder llegar a encontrarme unos peldaños más abajo. Y el tiempo sigue pasando y corriendo en mi contra... y al mismo tiempo aunque pueda sonar contradictorio el "mañana" parece no llegar nunca.
Hasta ahora estar donde estaba me aportaba y permitía cierta estabilidad, algo del control que tanto necesito y la comodidad de quedarme de algún modo "estancada" en la rútina establecida sin sentirme en la obligación de avanzar hacía ninguna dirección, sin tener que decidir, actuando tan solo por inércia.
También era uno de mis refugios menos dañinos, una parcela de normalidad en mi vida... pero una "normalidad" que utilizaba en contra de la recuperación para evadirme de algún modo, para huir de la realidad y de mis problemas engañándome a mí misma, mi vía de escape. Porque mientras tenía eso en mis manos sentía que aún me quedaba algo, pensaba que si allí podía ser "normal" y fingir que todo estaba bien era porque realmente no estaba tan mal, no podía estar tan mal, mi mente no quería aceptar ese hecho por más que las evidencias parecieran demostrar lo contrario. Continuaba creyendo (y aún a día de hoy hay veces que esporádicamente aparece ese pensamiento) que lo tenía todo bajo control y en parte ese falso control me hacía y por desgracia me hace sentir libre.
Ahora sé que mi concepto de libertad es completamente erroneo, (lo he distorsionado y amoldado a mi conveniencia pero estoy tratando de modificarlo poco a poco) y que para ser libre de verdad aún me queda mucho camino por recorrer, porque la verdadera libertad no consiste en decidir no comer y creer poseer un control que no es real por ello.
En definitiva, hoy me siento un tanto confusa, preocupada (por otro motivo que no viene al caso), algo triste... pero al mismo tiempo también me siento menos pesada, con menos carga a mis espaldas y algo más relajada. Supongo que necesito que esos sentimientos se asienten y con el tiempo podré saber si ha sido un cambio en parte necesario.
He perdido por completo la noción de lo que es real y lo que no. Pensaba que estaba mejor, no anímicamente pero si en relación a la comida, y digo pensaba porque ahora mismo ya no sé lo que creer.
Es cierto que yo no logro ver las cosas del mismo modo que los demás pero tengo la sensación de que hay personas de mi entorno que por su preocupación constante están viendo más de lo que realmente hay, me ven peor de lo que realmente estoy o al menos eso creo, aunque como ya he dicho ya no se que pensar.
El miercoles me llamó mi prima, me preguntó que tal estaba y bastó que le contestase que estaba bien para desencadenar una charla de casi media hora. Empezó a decirme que no estoy bien, que mi encargada había hablado con ella y le había dicho que me había puesto fatal, que estoy cada vez más delgada(eso no es así, ultimamente me estoy manteniendo más o menos en el mismo peso), que esto dura ya demasiado tiempo(tantos años no se pueden borrar de la noche a la mañana) y que ya no le convencen mis palabras porque una cosa es lo que yo digo y otra lo que hago y ella no puede saber lo que hago cuando estoy sola y no quiere tener que acabar viniendo a visitarme a un hospital.
Y yo en mi convencimiento de que estaba mejor le empecé a decir que no entendía lo que querían de mí, que me esforzaba por mejorar y que eso nadie lo veía, que estaba mejor pero que parecía que lo único que les importaba y lo único que podría tranquilizarles, ya que parece ser que es el único avance que logran ver porque es tangible, es que engorde. Le intenté explicar que el mero hecho de subir de peso no era equivalente a estar bien, que ya lo he vivido otras veces, he subido de peso hasta estar en un rango saludable e incluso con algún quilito sobrante para tranquilizar a todo el mundo y seguía buscando el modo de castigarme, lo hacía de otro modo pero la realidad esque en el fondo nada había cambiado. Me dijo que sabía que no todo era cuestión de comer, ni de peso pero que me veía muy triste y que no quería verme así, que quizás yo no lo logre ver pero que he cambiado de forma radical y que ya no soy la misma.
Después de hablar con ella no entendía nada ¿A qué venía esa charla? Si yo estoy mejor, estoy mejor, ¿estoy mejor? Estaba convencida de ello y acabé finalmente dudando de mi misma ya que soy consciente de que mi criterio al respecto no es demasiado fiable.
Hago las cosas "bien" un día y ello me sirve para darme una palmadita en la espalda, confiarme y volver a caer. Cuanto más "subo" más fuerte es después la caida.
También está él, llevo toda la semana ignorando sus mensajes y llamadas en un intento de alejarlo, de que se acabe cansando de mí y se aleje él por su propio pie ya que mis intentos de explicarle que estar a mi lado tan solo puede hacerle daño han sido en vano y sigue obstinado en permanecer ahí. Me duele mucho mantenerlo al margen de todo, lo necesito demasiado y sé que él también a mí, pero lo nuestro se ha convertido en una dependencia dañina para ambos y no quiero convertirme en el mayor de sus males.
Asique esta semana entre unas cosas y otras ha sido un tanto caótica, plagada de restricciones constantes, caminatas de más de 3 horas, algún vómito ocasional... y en consecuencia he vuelto a bajar de peso. Mi parte enferma se regodea de ello y da saltos de alegría pero la parte que quiere dejar todo esto atrás está más cabreada que nunca.
El fin de semana aún ha sido más desastroso si cabe, mis días libres casi siempre suelen serlo, demasiado tiempo para pensar, demasiado tiempo para actuar. Y me invade el pánico al pensar que la semana que viene acabo de trabajar y mientras encuentro otra cosa voy a tener demasiado tiempo libre y me asusta la idea de que pueda acabar invirtiéndolo en lo de siempre, en destruirme cada día un poco más.
Por otro lado he de decir que en estos días no todo ha sido negativo, también ha habido espacio para por un momento pensar en positivo y que en mi mente hubiese lugar para un ¿y por qué no?, un hueco para la esperanza de que puede ser posible vivir de un modo distinto y un empujoncito para mis ganas de luchar por ello. Intentaré ser consecuente y hacer algo.
Sé que me repito pero GRACIAS de corazón. Apenas me salieron las palabras porque el nudo que tenía en la garganta junto con los nervios lo impedían pero de todos modos en ese momento aunque tenía mucho que decir sobre todo lo que necesitaba era escuchar y me sentí tan identificada en muchos aspectos que por momentos era como escucharme a mí misma, pusiste palabras a muchos pensamientos y sentimientos que están en mí y que no conseguía descifrar.
Me da la sensación de que me he vuelto incapaz de unir las letras para transmitir lo que realmente quiero decir y las frases que escribo son completamente superficiales y carentes de significado. Es como si mi mente tratase de disfrazar las palabras para de algún modo intentar restar importancia a mis sentimientos.
Siento la obligación constante de aparentar estar bien frente a los demás, de mostrarme con un cierto grado de indiferencia que no es real y así tratar de evitar un sufrimiento innecesario a mi alrededor y de paso continuar engañándome mientras que en mi interior todo crece, todo sigue magnificándose y haciendo daño.
No sé lo que me pasa, y ahora mismo ya no hablo de mis problemas con la comida (aunque siguen ahí por un momento quiero dejarlos a un lado), esto va más allá, estoy hablando de sentimientos, de dolor... Del dolor que siento y al que de un modo inconsciente e incomprensible parezco aferrarme cada día, del dolor que yo misma me causo y que no consigo frenar porque no sé como hacerlo y ni siquiera sé por que lo hago. No sé, quizás esté loca, o tal vez sea masoquista, quien sabe... Al menos sería una explicación lógica.
Digo esto porque considero que no tengo motivos lo suficientemente fuertes u objetivos como para sentirme así ni para comportarme como lo hago y eso aún me produce un mayor sentimiento de culpabilidad. ¿Por qué no puedo comportarme como una persona normal? ¿Por qué cada día me aisló un poco más? ¿Por qué si tengo tanto miedo a que me hagan daño soy yo misma la que acabo haciendomelo? ¿Por qué no soy capaz de parar esta rueda?
Muchas veces considero que soy un estorbo, una carga para los demás. Tener que soportarme no es sencillo y sé de lo que hablo. Para mí que vivo las 24h del día conmigo y que tengo que hacerlo porque no me queda otra... en infinidad de ocasiones se convierte en una pesadilla, asique imaginaros para las personas que me rodean lo que debe ser aguantarme por que les he tocado en "suerte", para algunos debe ser como un castigo y para otros una especie de imposición porque no les queda más opción ya que llevamos la misma sangre... No entiendo como pueden seguir ahí pese a todo, también deben de ser masoquistas jeje, me rio por no llorar.
A veces deseo desaparecer, que simplemente me dejen caer... otras en cambio espero que alguien me tienda la mano, tire con todas sus fuerzas y ME SALVE.
La soledad no se reduce simplemente al hecho de estar sola, la verdadera soledad es aquella que sientes cuando a pesar de estar rodeada de gente tienes la sensación de que por más que alces la voz nadie puede oirla, cuando sientes que no puedes volverte transparente y mostrarte como eres frente a nadie, cuando ahogas los sentimientos en tu interior porque crees que no hay nadie con quien poder compartirlos, cuando lo que realmente te preocupa es aquello que nadie sabe... Para mi eso es la soledad y he de decir que me siento muy sola.
Pienso que el dolor es lo único que hoy por hoy me hace sentir viva. Me he convertido en una especie de ente que funciona por inércia, me levanto por las mañanas con ganas de que vuelva la oscuridad de la noche para meterme de nuevo en mi cama y mientras eso sucede simplemente dejo pasar el día encerrada entre las 4 paredes de una habitación, frente a la tele o al ordenador intentando no pensar pero no lo consigo, mi mente no para ni un instante. Solo salgo a la calle para ir a trabajar (cuando esté en el paro ni siquiera eso) y en alguna ocasión salgo con mi madre a comprar aunque no tenga ganas... Vida social: Cero. Ganas de salir: Cero.
Desde hace un tiempo en mi interior se están removiendo muchas cosas que habían quedado estancadas, espinas que se habían quedado clavadas con el paso del tiempo y aunque estaban ahí hacía esfuerzos sobrehumanos para ignorarlas y olvidarlas, pero ignorándolas lo único que he conseguido es que esas heridas no cicatrizasen. Ahora me están ayudando a buscar aquellas que no están curadas, a sacar las espinas clavadas aunque sea con pinzas (porque me cuesta un mundo removerlas) y duele, duele mucho... pero pienso que es como cuando te caes, te haces una herida y al echar alcohol sobre ella escuece muchísimo pero aún así lo haces porque sabes que es lo que la va a curar.
Me alegro de tener a gente a mi alrededor, pero en ocasiones me encantaría estar completamente sola para poder dejarme caer sin temor a las consecuencias, para no sentirme culpable cada vez que me lanzo al vacio, sola para no ser motivo de preocupación para nadie, sola para poder desaparecer sin que a nadie le importe...
Quiero estar bien, lo quiero con todas mis fuerzas y lucho cada día por ello, por demostrar que de verdad quiero y por ganarme de nuevo la confianza que he ido perdiendo en el camino de la gente que se preocupa por mí, pero tengo miedo a defraudar a los demás y a mi misma, a no ser capaz de hacer las cosas bien, a fastidiarlo todo como siempre hago... Y a veces me pregunto si algún día todo esto será un mero recuerdo o por el contrario está lucha será perpetua sin dar lugar a la tregüa, porque de ser así no lo resistiré, de eso estoy segura. En cada caida trato de volver a levantarme y continuar con la lucha pero... ¿Y si algún día no consigo levantarme más? ¿Y si todo esto puede conmigo y acabo por darme por vencida?
Me da la sensación de que no conseguiré ser nunca una persona normal, demasiados frentes abiertos, demasiadas cosas que cambiar, demasiados asuntos pendientes, demasiados pensamientos y sentimientos que han quedado ahogados en mi interior, demasiados recuerdos enterrados, demasiado dolor... ¿Y si es demasiado tarde?
Hoy cuando mi hermano ha llegado de clase ha venido directo al ordenador a escuchar música y al cabo de un rato he entrado yo porque tenía que coger algo de mi habitación y en ese preciso instante él ha subido el volumen de la canción que escuchaba, al notar ese aumento de volumen me he quedado trás la puerta de mi habitación prestando atención a la letra, sabía que con ese gesto mi hermano quería decirme algo y ha tomado esa opción porque no sabía como hacerlo, y no me equivocaba. Me he quedado sin palabras, no la había escuchado nunca pero se me ha puesto la piel de gallina. ¿Qué estoy haciendo?!! No quiero hacerle daño, siempre he tratado de mantenerlo al margen de todo esto y ni siquiera he conseguido eso. ¿Realmente es tan obvio que estoy enferma? No logro ver esa obviedad, porque si, mi peso es bajo pero no al extremo y frente a los demás trato de aparentar cierta normalidad frente a la comida.
Aquí os dejo una parte de la letra de la canción:
- Encargada: No creo que pase nada si no te haces la revisión, pero considero que deberías hacertela.
-Yo: Prefiero no hacermela, total para lo que me queda de estar aquí, ya sabes que yo no soy muy amante de los médicos.